Conozco mucho a la militancia de IU. He sido uno más durante trece años. Muy intensos, además. Me tocó ir y venir por muchos lugares. En reuniones y movilizaciones. No envidio a quienes dirigen la organización. Es un agobio. Un no parar. Militar en un grupo político de la tradición de la que procede IU, no es ir a servirse personalmente, aunque alguien lo pretenda. Por supuesto que esa militancia me merece no sólo todos mis respetos, sino mi admiración.
El día 24 ha sido convocada en Andalucía para decidir sobre el acuerdo con el PSOE para el gobierno de Andalucía. He leído el texto. Me parece digno, con una gran carga de las propuestas programáticas de IU. Ignoro cómo se va a concretar, si sale adelante, la composición del gobierno. Se ha hablado de una vicepresidencia para IU, pero no de consejerías concretas, aunque quizás podrían ser tres.
IU está conformada por un grupo humano muy rico. Hay de todo, como en todas partes, pero dispone de personas muy valiosas para desarrollar de todo. Podría haber más. Desde que gente que lo ha dejado hasta quienes no han llegado a ella. Siempre por distintas razones. Percibo que va llegando gente nueva y joven a los cargos internos y públicos, quedando atrás la de otra generación. Es un relevo que puede ser bueno y gratificante.
No sé que se va a decidir en la consulta del día 24, pero lo que tenga que ser, lo será por voluntad propia. IU es una organización plural. Y mucho. Eso no es malo, sino todo lo contrario, aunque conlleve a veces más lentitud en la clarificación de ideas y toma de decisiones. La consulta del día 24 es una muestra de ello. Una prueba de democracia interna. Se habla de hegemonía del PCE. Es cierto que es la columna vertebral de IU, pero, dependiendo de cada ámbito, varía mucho. Es más, hasta en el propio PCE hay pluralidad. Y por supuesto discrepancias.
No siendo ya militante de IU, personalmente votaría a favor del acuerdo. Entiendo la postura de quienes se oponen. Como la de Sánchez Gordillo. Me parece coherente lo que dice y hace. Hace un año, cuando lo de Extremadura, entendí la postura mayoritaria que se opuso a la investidura del candidato del PSOE. Posiblemente yo hubiera hecho lo mismo. No me gustaron, por supuesto, las presiones de dirigentes federales de IU para revocar esa decisión. No les correspondía ni estatutariamente ni siquiera políticamente. Contra una decisión soberana no cabe otra cosa.
¿Por qué ese cambio en mi postura, ahora favorable a un acuerdo con el PSOE en Andalucía? Porque considero que la situación política ha cambiado. Porque la ofensiva neoliberal, ahora con el PP en el gobierno central y controlando la mayoría de las comunidades, es más fuerte. Porque considero que en Andalucía ha habido un voto hacia la izquierda para frenar a la derecha. Dentro de lo difícil que resulta interpretar lo que la gente tiene en la cabeza, considero que buena parte del electorado de izquierdas es partidaria de un gobierno conjunto. En el PSOE -los Bono- y su electorado hay gente que no quiere un pacto con IU. Están más cerca del PP en lo fundamental. También en IU y su electorado hay gente que no quiere pactar con el PSOE. Pero creo que mucha gente lo desea. Y creo que piensa así porque considera que IU tiene mucho que decir y, sobre todo, que hacer.
Ya dije en otra ocasión que lo que ocurrió el 25 de marzo pasado puede ser un momento importante. Para que en Andalucía se pueda iniciar algo diferente. Resistiendo a la ofensiva neoliberal y aportando cosas nuevas desde la óptica de izquierda. Desde la transformación política y social. IU dispone de muchos votos y una representación digna. Dispone de ideas -el programa- y el texto del acuerdo está lleno de ellas. También tiene personas que lo pueden hacer. En política hay que atreverse. Aunque se cometan errores. Es el momento de dar un paso y prestar a la sociedad lo que se le ofreció.
Todo lo que he escrito es sólo mi opinión. La que valdrá, desde luego, es la que el día 24 emita la mayoría de IU.