Me ha llegado esta mañana un mensaje (gracias, Perico) desde el que he podido acceder a una entrevista a Henry Giroux, realizada por Víctor Saura para la revista El diario de la educación. Aunque se publicó en noviembre del año pasado, con el título "Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas", resulta muy interesante por lo que transmite y su relación con el contexto en que nos encontramos.
Estamos ante pensador y profesor estadounidense, que ha enseñado en su país y en Canadá, adscrito a la corriente de la pedagogía crítica, que tiene a Paulo Freire como su pionero. En su conocida obra Pedagogía del oprimido escribió lo siguiente: "Los opresores, falsamente generosos, tienen necesidad de que la situación de injusticia permanezca a fin de que su 'generosidad" continúe teniendo la posibilidad de realizarse. El 'orden social' injusto es la fuente generadora, permanente de esa 'generosidad' que se nutre de la muerte, del desaliento y de la miseria" (1). Una corriente que ha tenido a autores como Willfred Carr y Stephen Kemmis entre sus continuadores, influidos a su vez por la teoría de Habermas y planteando su modelo de investigación-acción (2).
Giroux, por su parte, es considerado como el albacea intelectual de Freire. Sensible, por ello, con la vertiente social que tiene la educación, no entiende la labor intelectual si no está enraizada con las necesidades que afectan a la mayoría de la población, marginada por un sistema económico que genera y expande las desigualdades. Eso le ha llevado a rebelarse "contra la
falta de alfabetización en el mundo y contra la falta de respeto a las
minorías: etnias discriminadas, raza negra, mujeres, etc.", a la vez que ha levantado "su voz contra
el abuso del poder" y examinado "el mensaje del modernismo y del posmodernismo" (3).
En su obra ha profundizado en las repercusiones que tiene sobre la educación en el contexto del capitalismo neoliberal, que supone una tendencia creciente a la privatización, al recorte de los fondos públicos en todos los niveles, a la precarización de la docencia y a la apuesta por las especialidades relacionadas con el negocio y el capital, en detrimento de las de humanidades. Y también, como consecuencia, supone la conformación de una ciudadanía acrítica con la realidad o, al menos, insensible con lo que le rodea, que se convierte en una suerte de analfabetismo, y donde operan, en beneficio de una minoría, el egoísmo social de quienes están por encima de los niveles de la supervivencia y el embrutecimiento de la mayoría, sometida a la búsqueda imperiosa de sus necesidades de supervivencia.
Todo eso es lo que ayuda a entender que hayan surgido gobiernos reaccionarios donde prima la insolidaridad social y la seguridad personal por encima de una democracia real, como está ocurriendo en países como Hungría, Polonia, Turquía, India, Brasil... O en los EEUU de Donald Trump, un presidente ignorante que no ha tenido reparos en recortar el presupuesto educativo y en decir que prefiere "a los ignorantes".
Como en otras ocasiones, he entresacado aquellos fragmentos de la entrevista que considero más relevantes, pero proponiendo su lectura íntegra, a la que puede accederse a través del enlace antes referido.
Notas
(1) Paulo Freire (1976), Pedagogía del oprimido; Madrid, Siglo XXI, p. 39.
(2) Willfred Carr y Stephen Kemmis (1988), Teoría de la enseñanza. La investigación-acción en la formación del profesorado; Barcelona, Martínez Roca. Y Willfred Carr (1996), Una teoría para la educación. Hacia una investigación educativa crítica; Madrid, Morata.
(3) Martín Rodrigo Rojo (1992), "Pedagogía crítica", en Aula de innovación educativa, versión electrónica.
"Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas" (fragmentos)
Los
maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de
educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las
sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un
peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un
buen patriota es no hacer preguntas.
(...)
[Se
trata, en primer lugar,] del colapso de las democracias liberales, por haber
pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo (...). [En segundo
lugar, se está dando el] surgimiento de sociedades que básicamente cambian
seguridad por libertad (...), en Hungría, Turquía, India, Polonia… (...). Y,
cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación.
De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).
(...)
La
gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha
existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en
Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades.
El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras.
(...)
Trump
no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en
Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido
en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la
riqueza y el poder.
(...)
Que
Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era
un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton
crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para
la irrupción de una persona como Trump.
(...)
Lo
que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo
de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En
EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. (...) Es la
emisora con más audiencia. Y el 95% de las emisoras de radio en Estados Unidos
son de derechas, propiedad de corporaciones muy poderosas.
(...)
[el
gran capital intenta controlar la escuela y la educación superior a través de distintos
instrumentos] (...) Primero, la privatización. (...) En segundo lugar, vacían
de recursos la educación pública (...). En tercer lugar, imponen grandes
restricciones a lo que es el aprendizaje hasta convertir a los maestros en
técnicos, con esquemas contables que son enormemente represivos, por decirlo
suavemente. En cuarto lugar, crean escuelas charter, y con ello se desvía
dinero público a organizaciones privadas. En quinto lugar, se refieren a estas
escuelas como "escuelas gubernamentales", (...) ya que cualquier cosa
relacionada con el gobierno básicamente se considera malvada.
(...)
los
estudiantes pobres, negros y blancos, están sufriendo en estas escuelas que los
hacen formar parte de lo que se conoce como the school-to-prison pipeline (el
oleoducto de la escuela a la prisión). Las escuelas se han militarizado (...),
se ha dejado de lado el aprendizaje crítico porque lo importante son las
medidas de seguridad
(...)
[en
la educación superior] están contratando más burócratas para administrar que
profesores para enseñar (...). [Ocurre en] Estados Unidos y el Reino Unido
donde los profesores ya no tienen tiempo para escribir, y donde cada vez tienen
más contratos temporales (...), el 70% del profesorado universitario de EEUU.
(...) El dinero cada vez está menos
en las disciplinas de humanidades y más en las relacionadas con el negocio y el
capital. Por lo tanto, la universidad está siendo reimaginada como una agente de
las corporaciones.
(...)
tenemos
más graduados universitarios que nunca pero (...) tienen un conocimiento menos
exhaustivo sobre el mundo en el que viven. Están atrapados en su especialidad.
Y las especialidades en algunos aspectos pueden ser estranguladoras, porque no
equipan a los estudiantes para entender el contexto en el que operan estas
especialidades. (...). Todo esto es una forma de analfabetismo. Seguro que es
gente muy lista en su disciplina, pero es estúpida en cuanto a entender el
mundo en términos globales, mientras se crean las condiciones para que ellos
prosperen en su especialidad
(...)
Trump
impulsa unas políticas que benefician a los intereses egoístas de esta gente,
como el hecho de pagar menos impuestos. Cuando te defines como un contribuyente
y no como un ciudadano, como resultado de la especialización en la que te
encuentras, y rechazas considerarte ciudadano, (...) te acabas definiendo sólo
por tus intereses y dejas de ser un ciudadano para convertirte en un enemigo de
la democracia.
(...)
(Imagen: fotografía de Paulo Freire y Henry Giroux, en la página web del autor: https://www.henryagiroux.com/).