Los argumentos que utiliza son contundentes a la hora de valorar los aspectos negativos que conlleva esa actividad, dando la razón a lo que se había advertido desde la plataforma Stop Uranio, la coordinadora No la Mina de Uranio o grupos como Ecologistas en Acción, Greenpeace y Movimiento Ibérico Antinuclear. Así mismo, desde Unidas Podemos, como hizo su diputado Juantxo López Uralde, se defendió la oposición a ese tipo de actividades.
Como se ha señalado en la revista digital El Salto, en el informe se han tenido en cuenta "los riesgos sobre la hidrogeología y las posibles filtraciones de sustancias peligrosas a los acuíferos de la comarca (...) del Campo Charro".
Retortillo empezó a ser noticia hace unos años cuando en el interior de su término municipal se iniciaron las obras para la ubicación de una mina de uranio, gestionada por la empresa Berkeley. Contó desde el primer momento con el apoyo de las administraciones provincial y autonómica, en manos del PP. Una de las consecuencias negativas fue la tala de encinares, con el consiguiente deterioro medioambiental.
La oposición ciudadana estuvo presente en todo momento, que se ha puesto de manifiesto a través de movilizaciones, acciones de información o presentación de recursos legales. Una actitud encomiable que ha tenido sus frutos.
El posicionamiento del Consejo de Seguridad Nuclear va a resultar decisivo para que desde el ministerio de Transición Ecológica se tome la decisión de paralizar definitivamente el proyecto.
Estamos, pues, ante una buena noticia. Retortillo, con sus tradicionales aguas termales, y su comarca, orientada eminentemente hacia la ganadería extensiva, podrán recuperar con seguridad un futuro que se estaba viendo trastocado peligrosamente.
