El
ministro de Consumo, Alberto Garzón, es el protagonista de un vídeo que forma
parte de una campaña lanzada por su ministerio con el título “Menos carne. Másvida”. Se hace eco de las recomendaciones que llevan haciendo desde hace años diversos organismos de
salud y de medioambiente, tanto internacionales como españoles, sobre la necesidad de la reducción del consumo de carne en nuestra dieta diaria.
Sentado,
con un semblante tranquilo y situado dentro del Jardín Botánico madrileño, a lo
largo de seis minutos que dura el vídeo, Garzón va desarrollando el contenido de su mensaje. Al
principio nos advierte con estas palabras: "Estoy preocupado por la salud de nuestra planeta";
para luego ir desentrañando las razones por las que las dice.
La
realidad es que en nuestro país hay un consumo excesivo de carne. Estamos a la cabeza
de los países de la Unión Europea, más que doblando, con un kilo de carne
semanal, lo recomendado por la OMS, que es de 200 a 500 gramos. Eso afecta, especialmente en el caso de las carnes rojas y las procesadas, a nuestra salud personal en
forma de enfermedades coronarias o diabetes, entre otras… Y también afecta a la
salud del planeta, contribuyendo al efecto invernadero o la desertificación.
Por eso vuelve a advertirnos a modo de denuncia: "Sin planeta no tenemos vida, sin
planeta no tenemos salarios, sin planeta no hay economía y nos lo estamos
cargando".
La
campaña tiene como objetivo sensibilizar a la población y contribuir a la
creación de hábitos de vida saludables. En ningún momento intenta decir que no
hay que consumir carne. Tampoco pretende perjudicar al sector ganadero. Otra cosa es que se posiciona contra el modelo de explotación y producción industrial de carne. Todo lo que
dice está basado en criterios científicos. Lo que hace, en fin, es un
llamamiento a la responsabilidad, individual, familiar y comunitaria.
El vídeo está tratado con una mezcla de
racionalidad en el discurso y de sosiego en la forma de transmitirlo por parte
del ministro. Lo que, conociendo la personalidad de Alberto Garzón, concuerda
perfectamente. Es así como se pueden entender estas palabras: "No pretendo echar
la bronca a nadie, sino reflexionar antes de que el problema se convierta en crónico".