El facherío tiene un gusto especial por atacar el recuerdo de quienes sufrieron sus embates. Las tumbas de Pablo Iglesias (el fundador del PSOE) y Dolores Ibárruri, la lápida dedicada a las Trece Rosas en el mismo lugar donde fueron fusiladas o los monumentos dedicados a las Brigadas Internacionales están entre sus objetivos favoritos.
De estos últimos hoy me he enterado de otro ataque sufrido por el monumento que está situado en la Ciudad Universitaria. El lugar donde las Brigadas Internacionales entraron por primera vez en combate contra el fascismo en el otoño de 1936, contribuyendo a la defensa de Madrid.
Está claro que al facherío no le gustan los "rojos" (ni las "rojas", añado). Esto es, a quienes hicieron sufrir y humillaron sin piedad. Y siguen con la humillación. Porque siguen en su empeño de querer borrar su memoria.
(Fotografía de Almudena Cros)