Los estados, como las ciudades, tienen cloacas. Cumplen la misma función y están pobladas por seres y objetos muy diversos. Uno de los seres que actúan en las cloacas del estado fue detenido hace unos meses y desde entonces se encuentra en prisión con acusaciones graves. Con anterioridad entraba y salía a sus anchas de las cloacas, dedicado a sus tareas profesionales y también a sus negocios particulares. Como buen profesional de lo suyo, ha sabido tomar sus precauciones y viendo que su estancia en prisión se está alargando, ha empezado a hacer uso en pequeñas dosis de la información de la que dispone. La primera estuvo relacionada con el trono y la corona en la persona del anterior ocupante. Estos días se ha lanzado sobre el aparato judicial y el gobierno, poniendo a la actual ministra de Justicia en el disparadero. Lo anecdótico de ciertas expresiones (por el ejemplo, lo de "maricón", referido a un conocido juez y hoy también ministro, pero de Interior) está siendo motivo de duros ataques por parte de la derechona parlamentaria y mediática. No así que, de ser cierto, las altas esferas de la judicatura se dedicara a ir de... y encima menores. Quizás, queriendo tapar que detrás de las revelaciones hay cosas mucho más graves. Está claro que el habitante de las cloacas de marras se ha lanzado al ataque. No sé si desesperado o a pequeña escala. Estamos en el principio.
(Imagen: "Las cloacas del poder", de Moncholc)