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viernes, 14 de septiembre de 2018
Las bombas de precisión
Ayer nos salió Josep Borrell, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores, con lo de que se trata de "un armamento de precisión. Eso quiere decir que no se producen efectos
colaterales, en el sentido que se da en el blanco que se quiere con una precisión
extraordinaria de menos de un metro". Patético. Hoy la ministra portavoz del gobierno, Isabel Celaá, lo ha redondeado: "son láser de alta precisión y, si son de alta precisión, no se van a
equivocar matando a yemeníes". ¡Vaya argumentos, con tal de seguir haciendo negocios con la muerte y de paso quitarse de en medio la presión basada en los puestos de trabajo! Ya me referí el otro día al falso dilema moral entre paz o pan. Lo primero, un fundamento ético, no puede ser utilizado como contrario de lo segundo, otro fundamento ético. La contraposición real existe entre quienes hacen de la guerra y de la explotación un negocio, frente a los derechos humanos de paz y de trabajo digno.