miércoles, 26 de octubre de 2022

El teatro de Epidauro; de Dioniso a Asclepio


No es la Hélade la cuna del teatro, pero sí de una forma de entenderlo y representarlo, algunos de cuyos aspectos se han mantenido hasta nuestros días. Surgió como la expresión principal de los rituales organizados en honor del dios Dioniso, el preferido de los habitantes de las polis. En su origen coincidieron con las celebraciones durante los días de la vendimia, con unas representaciones  protagonizadas por jóvenes ataviados con máscaras y agrupados en un coro de voces y danzas que estaba dirigido por el corifeo. Con el tiempo, cuando se introdujo un argumento, fueron tomando otras formas: de tragedia, con Esquilo, Sófocles y Eurípides como principales autores; y de comedia, en la que  destacaron Aristófanes y Menandro. A la vez, fueron ganando presencia uno, dos o tres actores que, a modo de personajes, dialogaban, enfrentándose, con el coro. Los temas en las tragedias versaban sobre las peripecias de las divinidades, y de las guerras contra los persas y entre las polis; y en las comedias se trataban las disputas entre ricos y pobres, entre simples ciudadanos e incluso entre varones y mujeres, en las que no faltaba una fuerte dosis de misoginia. A caballo entre los siglos -VI y -V fue cuando empezaron a construirse los primeros recintos permanentes, para lo que aprovecharon las inclinaciones suaves de las colinas, adquiriendo una forma cuasi circular. Hacia arriba se escalonaban los asientos, dando lugar al graderío o koilon; en la base, formando otro círculo, se situaba la orquesta, donde actuaba el coro; y algo por encima, de frente al público, estaba  el escenario o eskené, que fue ganando importancia por ser el espacio donde se movían los actores. El teatro de Epidauro, que data de mediados del siglo -IV, en el arranque del periodo helenístico, está situado en el ángulo nororiental del Peloponeso. Es posiblemente el mejor conservado, tanto en su estructura como en las escasas modificaciones que conoció. Y se cree que estuvo dedicado a Asclepio, dada la cercanía de un santuario que estuvo dedicado al dios de la medicina