sábado, 8 de octubre de 2022

El espectáculo macho-misógino del Elías Ahuja


"¡Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas! ¡Sois unas putas ninfómanas! ¡Os prometo que vais a follar todas en la capea!". Así fue como se
 arrancó un aprendiz de brujo de un colegio mayor madrileño cuando se dirigió -voz en grito- a sus vecinas de enfrente, colegialas también. Luego vino la apoteosis, el momento en que en todas las ventanas de la fachada, y al unísono, se encendieron las luces y eclosionaron los gritos de ese pijerío que se encuentra en una nueva fase de su formación. 

Las reacciones ante el espectáculo han sido muchas y variadas. Entre los alumnos del centro ha reinado el silencio. Una expresión de omertá. Y entre las mismas destinatarias de los gritos han salido frases como "no nos sentimos ofendidas para nada", "se trata de una tradición que se ha malinterpretado", "es una broma que se ha sacado de contexto", "nos apoyan, nos ayudan, nos acompañan"... Justificatorias. Muestras claras, en fin, de su alienación ideológica de género.

Con lo visto y oído en las imágenes ha salido a la luz la realidad cruda del ambiente que se vive en esos colegios mayores, elitistas donde los haya. Porque no estamos ante algo esporádico, sino endémico. Uno de sus alumnos, que hasta hace unos meses dirigió el PP, dejó constancia de su gracejo macho-misógino cuando, hace una veintena de años, escribió cosas como éstas: "Al entrar a formar parte de la manada, comienzan a aflorar en él instintos de voraz carnívoro para con toda clase de hembras en periodo fértil. Así se ha convertido en un feroz e infatigable cazador de carne fresca…  entre sus presas más codiciadas se encuentran, como es obvio, las lobas. Aunque, si existe carestía de estas, recurre de buen grado a otras especies animales como cerdas, zorras, gallinas o cualquier especie de ave que le ponga los huevos".

Todas estas palabras, lo hayan sido de voz en grito o escritas, no se distancian en su naturaleza, por ejemplo, de las tantas que pronunció el que fuera anterior presidente del gran imperio, para el que "cuando eres una celebridad [las mujeres] te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo". O de ese "no te violo porque no lo mereces" que hace unos años le lanzó quien ocupa por ahora la presidencia de Brasil a una diputada del Partido de los Trabajadores.

Estamos ante una realidad cargada de misoginia y machismo, de la que se nutre una clase social que hace del elitismo y la explotación su razón de ser. En su ideología ni siquiera salen indemnes las/sus mujeres, mal que intenten justificar que no es así. Pertenecen a la misma clase, sí, pero para ellos, "voraces carnívoros", ellas no dejan de ser unas putas.