viernes, 16 de marzo de 2018

La flor del romero



































El domingo pasado salimos a coger espárragos. Algo atrevido, por la amenaza de una lluvia que poco a poco nos fue atrapando. Primero, en forma intermitente y finalmente, cayendo impenitente sin cesar. Pasear en medio de la Breña resulta siempre un placer y especialmente cuando el calor no ahoga. Hacerlo en una primavera como la de este año, que quiere arrancar, pero le cuesta, no desmerece nada. Todo lo contrario, cuando, además, el sol y el agua pugnan entre sí. La primera, para conquistar la luz y la segunda, para matizarla. 


Y en medio de esa maravilla contenida de la naturaleza, entreveradas en las hojas, estaban las flores del romero. 

Su suave tonalidad violácea se complementaba con el aroma que desprendían sus hojas, que nos dejaban su huella perfumada cuando pasábamos nuestros dedos sobre ellas.

Verlas, me transportó de inmediato a una bella canción: la sevillana "La flor del romero". La escuché hace unos años interpretada por Quilapayún dentro de su disco Al horizonte. Sorprendido por su belleza, busqué al autor de su música y letra, que resultó ser Manuel Pareja Obregón. Si la versión del grupo chileno mezcla el ritmo de sevillana con una instrumentación andina, la del músico andaluz estalla en toda su plenitud. El ritmo de la tonada, el compás que marcan el piano, la cadencia de la voz y el contenido de la letra se funden, en mi caso, en una especie de apoteosis que me atrapa.


El contenido de la letra, mezcla de sencillez y belleza, complementa situaciones que aparentemente pueden resultar diferentes. Si al principio hace uso de metáforas que buscan ilustrar una pena de amor, su final se transforma en un canto a la dignidad humana, dentro de esa tradición andaluza que hace del cante también una forma de denuncia social y política. ¿O acaso no lo son los versos que dicen: "Y es por eso que la gente / lucha contra las cadenas / con espíritu valiente, / pues libre nació la gente"? 


Dejo, en fin, los versos de la canción e invito a escuchar las dos versiones a las que me he referido. Hacerlo, reconforta.


La flor del romero llora
La flor del romero a solas
Llora cuando ve que cortan
Margaritas y amapolas
La flor del romero a solas

También llora la ribera
Cuando el río arrastra flores
Al llegar la primavera
También llora la ribera

Yo también lloré de pena
Aquel día en que con otra
Paseabas por la arena
También yo lloré de pena

Dios quiso crear el vuelo
Dios quiso crear el vuelo
Y por eso le dio alas
A los pájaros del cielo
Dios quiso crear el vuelo

También creó el firmamento
Repartiendo por el mundo
La semilla de los vientos
También creó el firmamento

Y es por eso que la gente
Lucha contra las cadenas
Con espíritu valiente
Pues libre nació la gente.