La mañana de ayer nos deparó el apoyo de la militancia del SPD a un nuevo gobierno de coalición con la CDU/CSU, eso de la gross coalition. Un 66% lo respaldó, quizás sorpresivamente, frente a una minoría contraria que tenía como principal exponente a los conocidos como jusos, de las juventudes socialistas. Mientras tanto, a lo largo del día se fueron desarrollando en Italia las enésimas elecciones generales, que ya durante esta noche están deparando unos resultados que, siendo esperados, resultan más que preocupantes: la victoria minoritaria de la coalición de derecha, con una importante subida de la más extrema Liga Norte, y el aumento de los apoyos al M5S, con un PD en horas bajas y una izquierda prácticamente desaparecida. Si ya el año pasado asistimos al estreno de Trump como presidente del imperio, al doble triunfo de Macron en Francia, previo enfrentamiento en el ballotage de las presidenciales con Marie Le Pen, y a la mayoría de los grupos de derecha en Alemania en cualquiera de sus expresiones (democristiana, liberal o nacionalista xenófoba), la cosa resulta altamente preocupante. Y más todavía con las previsiones que los sondeos dan este país nuestro, donde el descenso del PP se ve compensado con la subida fulgurante de Ciudadanos, que juntos podrían superar el 50% de los votos. Es el signo de los nuevos tiempos.
(Imagen: fragmento de Vendedores de periódicos (el trabajo deshonra), de Georg Scholz)