Ante las preguntas formuladas desde el eldiario.es, se respondió en el entorno de Cifuentes (ella, por supuesto, no estaría disponible) que así tenía pendientes dichas asignaturas. En el caso de la administrativa, ésta respondió que la modificación de 2014 la hizo a instancias de un profesor, que luego resultó ser Pablo Chica de la Cámara. Desde la Universidad en un primer momento se dijo no saber nada del caso y menos que Cifuentes hubiera estado cursando un máster. Y finalmente, ya por la tarde, el rector de la Universidad en persona, acompañado del profesor Chico, dijo que todo había sido un error en el registro informático por "una mala transcripción", de manera que ya en 2012 la ahora presidenta de la comunidad había culminado sus estudios, incluida la presentación del trabajo final. El profesor Chico, por su parte, declaró que desconocía entonces quién era Cifuentes.
Todo un cúmulo de despropósitos, que ponen en evidencia a unos y otras o viceversa. El periódico digital ha seguido sacando información y ha demostrado las contradicciones existentes, a las que denomina agujeros: "Cifuentes fue la que descubrió el error, pero no lo ha dicho ella"; "Presentó y defendió su trabajo sin haber aprobado oficialmente todo; "Un trabajo fin de máster de acceso restringido"; "El tutor no sabía que lo era y 24 horas después ya sí".
Y el caso es que el trabajo fin de máster no aparece. Ni en la Universidad ni desde la propia Cifuentes. Ella misma dice no recordar nada. Lo que elevan aún más las evidencias de que estamos ante un caso de engaño y falsificación documental. ¿Cómo no va a saber lo que hizo y cuándo lo hizo, y no va a saber dónde puede estar su trabajo, cuando debería tenerlo tanto en soporte digital como en papel? Y en el caso de la Universidad, que tuvo que haber recibido cuatro copias del trabajo, como es preceptivo, ¿por qué no aparecen?
Repito, todo cúmulo de despropósitos, a los que pueden añadirse otros. El currículum profesional de Cifuentes ya fue motivo de sospechas, después que accediera al escalafón superior de la administración de la Universidad Complutense con varios amigos en el tribunal evaluador. La Universidad Juan Carlos I, pese a su corta vida, tiene un largo recorrido de escándalos académicos, entre los que está el caso su anterior rector, Fernando Suárez, que ha hecho su carrera docente a base de plagios. Dicho rector contrató como profesora visitante a la hermana de la presidenta madrileña, de nombre Margarita, pese a no disponer de los requisitos. Con anterioridad había obtenido el título de doctora, en un tiempo récord, con una tesis dirigida por ese mismo rector. El profesor que mandó cambiar la nota de Cifuentes fue nombrado posteriormente presidente del Tribunal Económico del Ayuntamiento de Pozuelo, del PP, por supuesto. Y el director del máster, Enrique Álvarez Conde, fue un alto cargo con Rajoy como ministro de Administraciones Públicas hace dos décadas.
En fin, más que despropósitos, corrupción pura. Y el PP, por medio. Y la URJC, de la que se dice que es la universidad del PP, en este caso como escenario. Y sin ningún tipo de vergüenza, riéndose del personal.