Público ha publicado hoy una entrevista a Rebeca Quintáns López, llevada a cabo por Unai Aranzadi. Es un nombre que, en un principio, no nos diría nada, pero lo más llamativo es que se trata de la autora de uno de los libros más misteriosos de los últimos años: Un rey golpe a golpe. Biografía no autorizada sobre Juan Carlos de Borbón, editado en el año 2000 por Ardi Beltza/Arakarcen, Lizarra/Estella. Por distintas circunstancias que mucha gente se imaginaba, y hoy nos desvela más en profundidad su autora, salió a la luz con un seudónimo. En la solapa del libro puede leerse lo siguiente: "El seudónimo Patricia Sverlo, más que una persona, representa un 'estado de situación' que, esperamos, cambie en el futuro".
El libro pudo salir a la luz aparentemente sin muchos problemas, llegando a tener inicialmente éxito en su distribución. Su gestación, sin embargo, se situó en un contexto difícil y al final, pasados los primeros momentos de estar en la calle, la cosa se tornó extremadamente difícil. El libro fue un encargo de Pepe Rei, que estaba al frente la revista Ardi Beltza, pero, consciente de las dificultades que podían surgir, se hizo de una forma prácticamente clandestina: " Tomábamos muchísimas medidas de seguridad. Pepe y yo le quitábamos la batería a los teléfonos móviles, y charlábamos paseando". La impresión no se hizo en España, creyendo Quintáns que fue en Portugal, y, como ya se ha dicho, se optó por el seudónimo en la autoría para evitar posibles responsabilidades.
Como se dice en la entrevista, fue una época difícil, el momento de apogeo del régimen del 78, con la monarquía en la cresta de la ola y la ilusión desmesurada del crecimiento económico (el "España va bien" de Aznar). Años después pudieron salir sin que les pasara nada algunos libros sobre la figura real, como los de Iñaki Anasagasti (Una monarquía protegida por la censura, Foca, Madrid, 2009) o Iñaki Errazkin (Hasta la coronilla, Txalaparta, Tafalla, 2009), a los que podríamos añadir el de Vázquez de Sola (Jaque mate, Txalaparta, Tafalla, 2010), donde el autor armoniza el texto con sus geniales viñetas. Incluso Jesús Cacho había escrito varios libros algunos años antes (entre otros, Asalto al poder. La revolución de Mario Conde, Temas de Hoy, Madrid, 1988) o en 1999 (El negocio de la libertad, Foca, Madrid) donde la figura del rey no quedaba bien parada.
Como se dice en la entrevista, fue una época difícil, el momento de apogeo del régimen del 78, con la monarquía en la cresta de la ola y la ilusión desmesurada del crecimiento económico (el "España va bien" de Aznar). Años después pudieron salir sin que les pasara nada algunos libros sobre la figura real, como los de Iñaki Anasagasti (Una monarquía protegida por la censura, Foca, Madrid, 2009) o Iñaki Errazkin (Hasta la coronilla, Txalaparta, Tafalla, 2009), a los que podríamos añadir el de Vázquez de Sola (Jaque mate, Txalaparta, Tafalla, 2010), donde el autor armoniza el texto con sus geniales viñetas. Incluso Jesús Cacho había escrito varios libros algunos años antes (entre otros, Asalto al poder. La revolución de Mario Conde, Temas de Hoy, Madrid, 1988) o en 1999 (El negocio de la libertad, Foca, Madrid) donde la figura del rey no quedaba bien parada.
Pero cuando se editó Un rey golpe a golpe la cosa resultaba difícil, si no peligroso, y más si era desde los medios editoriales y de comunicación que acabaron siendo criminalizados bajo la acusación de ser parte del entorno de ETA. Esto es, bajo la figura penal creada por el juez Baltasar Garzón, quien, entre otras cosas, mandó cerrar el diario Egin y las revistas Egunkaria, Ardi Beltza y su sucesora Kale Gorria, encarcelando a sus directores, Martxelo Otamendi, de la primera, y Pepe Rei, de las otros dos. El propio Rei sufrió un accidente de tráfico en 2002 y hasta Arnaldo Otegi, dirigente de Batasuna, fue condenado por el Tribunal Supremo en 2003 acusado de injurias al rey, al que llamó "jefe de los torturadores", aunque después el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acabó condenando al estado por haber vulnerado la libertad de expresión.
Quintáns denuncia las dificultades que tenía esos años el periodismo independiente para trabajar, con el riesgo de que quienes lo ejercían podían perder el puesto de trabajo si colaboraban abiertamente con los medios vascos. "Había muchísima presión (...). En las redacciones el aire estaba enrarecido, incluso entre los compañeros. Por momentos, aquello parecía el nazismo. Hubo unas campañas muy agresivas".
La distribución del libro fue muy rápida en los inicios, pero pronto llegaron los problemas. Así, El Corte Inglés se negó a ponerlo a la venta, la Casa del Libro de Madrid lo hacía sin exponerlo al público y muchas librerías lo hicieron de tapadillo. El cierre de la editorial y el encarcelamiento de Pepe Rei acabaron por darle la puntilla.
En cuanto al contenido, el libro es fruto de un profundo trabajo de investigación. La propia autora disponía de numerosa e importante documentación, teniendo en cuenta el trabajo que llevaba desarrollando en torno a su tesis, relacionada con los discursos del rey en la prensa, a lo que añadió mucho trabajo de hemeroteca y bibliográfico: "leer entre líneas, ir a las fuentes (sentencias, documentos oficiales confirmar con los testigos directos...". El propio Rei le facilitó más información y diversos contactos con personas, lo que le permitió confirmar y reforzar el contenido. En lo publicado, sin embargo, quedaron muchas cosas, "aunque no quise destacarlas para no poner de relieve las partes más vulnerables del libro, a efectos de una querella". Además, los episodios sufridos por Rei y la revista llevaron a que que no se pudiera hacer una nueva edición actualizada del libro o que se abandonara la elaboración de un libro en marcha sobre Felipe González.
Sobre el periodismo actual Quintáns hace unas reflexiones que merecen ser tenidas en cuenta. Considera que no existe "periodismo de investigación propiamente dicho", que ha sido sustituido por el "periodismo de 'filtración'". Reconoce la importancia de las nuevas vías de obtener información (internet, redes sociales, medios digitales...), pero advierte de un problema no resuelto: su financiación. Dice que "la publicidad no es una opción para la información libre", por lo que defiende la necesidad de pagar por la información libre. Se trata de permitir que se pueda vivir de la profesión, ya que "el trabajo del periodista es cada vez más precario"
Ahora, después de 14 años, Rebeca Quintáns ha tomado la decisión valiente de desvelar quién es Patricia Sverlo. E incluso se ha atrevido lanzar un reto: "me gustaría ver si es cierto eso de que ya no hay censura, como hablábamos al principio, y lo puedo publicar con mi nombre, en libertad". Todo está por ver. En todo caso, como concluye en la entrevista, "Ya os lo contaré".