viernes, 5 de mayo de 2023

Dos pinturas de José de Ribera, dedicadas a San Genaro, que pueden verse en Salamanca y en Nápoles


A mi hermana Chari, que  no dudó en acudir, de inmediato, a hacer la fotografía 
que le pedí de "San Genaro en la Gloria"

Salamanca dispone de un templo peculiar, prácticamente único en España, que contiene los rasgos estéticos del barroco napolitano. Pertenece al convento de las Agustinas y es conocido en la ciudad como iglesia de la Purísima. Fue construido en el siglo XVII, gracias al mecenazgo del que fuera sexto conde de Monterrey, Manuel Zúñiga y Fonseca, virrey de Nápoles entre los años 1631 y 1637. No voy a extenderme ahora en ese aspecto, pues tengo proyectado dedicar una entrada más adelante. 

Para la ocasión voy a centrarme en dos cuadros que guardan relación entre sí por tres motivos: su autor, José de Ribera, conocido en Nápoles como il Spagnoletto; su protagonista, San Genaro, que a la sazón es el patrón de la ciudad italiana; y los lugares donde están expuestos, que son Salamanca y la propia Nápoles. Se trata, más concretamente, de los cuadros "San Genaro en la Gloria" y "San Genaro saliendo ileso del horno".


El más antiguo de los dos es el expuesto en Salamanca. Está situado en el ala izquierda del crucero de la iglesia, contiguo a la Sacristía. Aunque suele datarse en 1631, en realidad es posterior, como después intentaré demostrar. Estamos ante una síntesis de clasicismo y barroquismo. Lo primero, presente en su composición piramidal, formada por la túnica de San Genaro, con cúspide en su mitra papal, y la nube y los ángeles que se sitúan en la base. Y lo segundo, en la expresión del protagonista, un tanto sorprendida, y en ese dinamismo que se percibe en el movimiento y la disposición en diagonal de las nubes, que parecen empujadas por los ángeles a modo de trono. Pero se puede añadir un tercer aspecto: la casi ausencia de los fuertes contrastes lumínicos, propios del tenebrismo de Caravaggio, y una mayor dosis del colorismo propio de la escuela veneciana, que había surgido en el siglo XVI, con artistas como Giorgione, Tiziano, Veronés o Tintoretto, y que atrajo a otros como El Greco (en el mismo siglo), a Rembrandt y el Velázquez maduro (en el XVII) o Goya (ya a principios del XIX).


En cuanto al tema del cuadro, que representa al santo en el cielo (simbolizado por las nubes y designado como Gloria), tiene una explicación, que es lo que aporta su historicidad: fue en ese año de 1631, en el mes de diciembre, cuando se inició una nueva erupción del Vesubio, un acontecimiento que se refleja en el lienzo, como puede verse en su ángulo inferior izquierdo de una forma tenue, pero explícita. Eso explica la cara de sorpresa, si no de espanto, que muestra San Genaro ante el paisaje devastador que está viendo desde el cielo sobre la bahía napolitana.


El segundo cuadro, "San Genaro saliendo ileso del horno", se encuentra en la Capilla del Tesoro de la catedral de Nápoles, en su parte derecha. Fue realizado en el año 1647 y ya nos muestra al Ribera maduro. Mantiene el colorismo y la luminosidad que tomó de la escuela veneciana, pero ha asumido del barroco varios elementos: la composición compleja del cuadro, desplazando incluso a su personaje principal hacia la derecha; la acumulación de personajes, que parece desordenada, y el empleo de diagonales en su disposición; y la expresividad que reflejan algunos de ellos ante el milagro del que están siendo testigos, mientras el santo mira hacia el cielo, en agradecimiento por su salvación durante su martirio.