miércoles, 12 de abril de 2017

El bombero que dijo no a la guerra

Hay gestos que tienen mucho valor. Como muestras de atrevimiento, pero que muchas veces conllevan algún tipo de castigo. Es lo que le ocurrió a un bombero vizcaíno, que hace un mes se negó a formar parte de un retén que tenía que escoltar el embarque desde el puerto de Bilbao de material de guerra con destino a Arabia Saudí. Por motivos éticos dijo que no: las 4.000 tm. de explosivos y detonadores podrían ir destinadas a la guerra que ese país está llevando a cabo en el vecino Yemen. Esa guerra olvidada que en dos años de ha cobrado la vida de miles de personas y el desplazamiento de millones. Olvidada, porque para los medios de comunicación del sistema sólo existen las guerras que le interesan... Como tantas otras cosas en forma de golpes de estado, fraudes electorales…

Si la acción en sí es digna de elogio, lo peor vino después, cuando la Diputación Foral de Bizkaia le ha abierto un expediente disciplinario. De seguir adelante, puede conllevar la suspensión de empleo y sueldo durante un periodo entre dos y cuatro años. Muy duro. Castigar un principio ético, de oposición a la violencia, con el medio de vida de una persona y de su familia.   

Puede decirse que nunca mejor su decisión se ajusta a su oficio: como bombero, debe contribuir a controlar y apagar el fuego. ¿O acaso no lo está habiendo en la península Arábiga?