Estuve ayer en Jerez de la Frontera en el acto organizado por Unidos Podemos. La presencia de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, la única en que han estado juntos en Andalucía, ha atraído a miles de personas de toda la provincia de Cádiz y de la colindante Sevilla. Ignoro cuánta gente pudo haberse reunido, porque la visibilidad que yo tenía era limitada y los medios de comunicación aclaran poco: miles de personas (Andalucía Información), 4.000 (El Mundo), 4.500 (Público), cerca de 5.000 (eldiario.es), multitudinario (El País, Diario de Jerez)... Para Andalucía Información ha sido "un mitín para la Historia", pero en general se ha destacado poco en las portadas digitales o ni siquiera aparece en las de los principales diarios madrileños (El País, El Mundo, ABC, La Razón...).
Mucha gente, en fin, entusiasta y con una gran diversidad de edades, símbolos y colores que se reunió, nos reunimos, en la Alameda Vieja de la capital del flamenco. Una mezcla de lo viejo y lo nuevo, de lo que se sigue manteniendo de otros momentos y de lo que va surgiendo en la actualidad. Banderas republicanas, andaluzas, comunistas, saharauis o elegetebés junto a muchos corazones. El rojo mezclado con el morado y salpicado de franjas blanquiverdes. Los gritos de "el pueblo unido" con los del "sí se puede". El sonido de tambores a ritmo de samba o el canto solemne del himno de Andalucía. Una comunión de gente, en fin, que escuchaba, miraba y sentía.
Iniciaron el acto el candidato por Cádiz Santiago Gutiérrez y la candidata Noelia Vera; luego intervino Rafa Mayoral, escudero del flanco izquierdo de Pablo Iglesias; siguieron Antonio Maíllo, que de una emoción honda pasó a una mezcla de sabiduría y poesía, y Teresa Rodríguez, con el semblante y la voz de una dulce Virgen barroca andaluza pero que derrama pasión; y acabaron, potentes, Alberto Garzón y Pablo Iglesias. No fueron discursos con concesiones. En el estilo de coordinador de IU no existen, pues en su amabilidad no esconde lo que piensa. En el de Iglesias sí aparecen según las ocasiones, pero en la de ayer, en uno de los corazones de Andalucía, tocaba apelar a lo que el suyo le pedía.