martes, 28 de junio de 2016

Primero los encarcela y luego acaba archivando parte de la causa

Eso es lo que acaba de hacer el juez Ismael Moreno con los dos artistas de la compañía Títeres que el pasado mes de febrero fueron detenidos bajo la acusación de apología del terrorismo, tras haber representado en la calle durante el carnaval madrileño la obra La Bruja y don Cristóbal (leer "Títeres, sátira política y libertad de expresión"). Para ello el juez ha tenido en cuenta el posicionamiento de la fiscalía, que ahora no ve motivo para considerar que hubieran cometido el citado delito, pues no ha quedado "debidamente acreditada [su] perpetración". Después del calvario padecido por el tratamiento recibido por los aparatos policial, judicial y mediático, podría pensarse que los artistas deberían de sentir ahora un gran alivio. Pero no es así, pues el juez mantiene la acusación de delito de odio, siguiendo las indicaciones de la fiscalía, y la obligación de que comparezcan periódicamente en los juzgados.