domingo, 13 de septiembre de 2020

PP, SD (y 6)

Tres patas para un banco

He querido dejar para el final de esta serie una columna antológica de Ignacio Escolar que publicó hace tres días en eldiario.es, del que es también su director: "La cloaca policial no fue la única herramienta que el PP usó para callar a Bárcenas"

Lo he calificado de antológico en un doble sentido: primero, por su calidad; y  también, porque los 16 puntos en que ha ordenado su contenido suponen una antología de la situaciones que han ido sucediéndose en torno a las peripecias habidas en relación a la investigación de la financiación del PP.  

Pero el artículo apunta a un tercer componente de todo lo que está sucediendo. Y que para mi serie de entradas sobre el tema supone un colofón: la trama urdida por el PP con el ministerio del Interior tiene como tercera pata al poder judicial. 

Se completa, así, el triángulo partido, ejecutivo y justicia. Las tres patas para un banco. 

La tercera pata: los rincones oscuros de la justicia

Que la administración de justicia española es conservadora, no es decir nada nuevo. Me remito para ello a una entrada que dediqué el pasado mes de enero a una entrevista hecha al jurista  Joaquín Urías. En las alturas de la jerarquía judicial y en el propio seno del Consejo General del Poder Judicial las cosas se ponen muy difíciles cuando se tratan asuntos controvertidos, como ocurre con el que nos ocupa.

Pero vayamos al artículo de Escolar, en el que desmenuza con maestría la secuencia de los hechos acaecidos desde 2013, cuando estalló el caso Bárcenas: 

a) el espionaje a Bárcenas tenía dos objetivos: encontrar información perjudicial para que el PP pudiese usarla en una negociación; y encontrar en su domicilio el disco duro donde guardaba las pruebas más comprometedoras para el PP; 

b) los dos objetivos se consiguieron: información sobre parte del patrimonio oculto de Bárcenas, posiblemente escondido "en las Antillas Neerlandesas y en Cracovia"; y el robo por el chófer/espía del disco duro, que desde entonces está desaparecido y, por supuesto, no se ha entregado al juzgado; 

c) desde entonces Bárcenas está callado, con la amenaza de que su mujer pueda ir a la cárcel; eso explicaría que en 2016 cambiara de abogado y retirara la acusación contra el PP por la destrucción de los discos duros que tenía en la sede;

d) el PP también ha cumplido su parte: aunque en 2018 la sentencia de la Gürtel en la Audiencia Nacional supuso una condena de 33 años de prisión al tesorero y de 15 a su mujer, ésta nunca ha entrado en prisión; en la vistilla que tenía que decidir sobre ese último asunto, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) retiró al juez José Ricardo de Prada, que había sido uno de los redactores de la sentencia.

Un epílogo

A la espera de la decisión del Tribunal Supremo sobre la sentencia de la Gürtel, nos encontramos con una situación preocupante: el PP tiene bloqueada la renovación del CGPJ. En este órgano, así como en el Tribunal Supremo, se sigue manteniendo al frente como presidente desde 2013 Carlos Lesmes. Un juez conservador, claro está, vinculado a la aznarista FAES y calificado por algún medio como "de obediencia divina"

Sobre la mesa se encuentra el nombramiento de tres nuevos miembros del alto tribunal. Y entre las personas que ha propuesto el PP están Concepción Espejel, amiga declarada de María Dolores de Cospedal, y Ángel Hurtado, que votó en contra de la sentencia sobre la Gürtel y apoyó después por ello que la mujer de Bárcenas siguiera en libertad condicional.

Y fin de esta serie.