Ángel Viñas es un historiador prolífico, autor de una extensa obra que en los últimos años lo está siendo aún más. El último libro que acaba de publicar -el penúltimo, por lo que él mismo ha apuntado- lo ha titulado ¿Quién quiso la Guerra Civil? Historia de una conspiración (Barcelona, Crítica, 2019). Se centra en el papel que jugaron los grupos monárquicos en la conspiración contra la IIª República y especialmente en los sectores "calvosotelistas", desde donde se fue tejiendo una red que abarcó a militares, aristócratas y oligarcas, el propio Alfonso XIII y su entorno, sin olvidar la implicación directa del régimen fascista italiano.
La clave de su contenido proviene de documentos desconocidos a los que ha podido acceder y que le han permitido poner de relieve la amplitud de la trama conspirativa y sus interioridades. A través de archivos italianos ha podido documentar, entre otras cosas, que los contratos firmados por los conspiradores españoles con las autoridades fascistas italianas con el fin de proveerse de armamento moderno -léase aviones- suponían la posibilidad de una guerra, aun cuando la previeran de corta duración. Desde otros archivos ha podido demostrar o corroborar la red de financiación y el juego sucio desarrollado con el fin de desacreditar a la República, para lo que utilizaron grupos paramilitares, como provocadores de violencia, y medios de comunicación afines, siempre con el fin de crear un clima propicio para la intervención militar. Sin olvidar los ocultamientos o las falsedades, según los casos, que a lo largo de los años de la dictadura e incluso en nuestros días han buscado sobredimensionar o edulcorar comportamientos de figuras más o menos relevantes.
A lo largo del libro afloran personajes con nombre propio, como los civiles Calvo Sotelo, Goicoechea, Sainz Rodríguez y March, o los militares Sanjurjo, Galarza, Vigón, Ansaldo, Mola... Aporta datos muy interesantes sobre las relaciones con el fascismo italiano, que en los primeros momentos fue superior a la alemana y decisiva. Pondera la influencia de otros grupos o corrientes, como la CEDA, el carlismo o el falangismo. Y dimensiona el papel jugado por Francisco Franco, que fue de poco relieve antes del golpe de estado, pero que fue adquiriendo importancia con posterioridad, después del descabezamiento de la conspiración tras las muertes sucesivas de Calvo Sotelo y Sanjurjo.