domingo, 12 de noviembre de 2017

El asalto al Palacio de Invierno, un siglo después

Lo ocurrido el 7 de noviembre de 1917 marcó el fin de una época y el inicio de otra. Dos años después lo narró John Reed en sus Diez días que estremecieron el mundo (Madrid, Akal, 1982 / Barcelona, Diario Público, 2009) o en 1927, en el décimo aniversario, lo reflejó Sergei Eisenstein en su película Octubre. Un periodista norteamericano, Reed, que fue testigo de los hechos, que fue informando de los hechos en el momento a través de varios diarios de su país y que acabó haciendo de su célebre libro una crónica documentada de la revolución más trascendente del siglo XX. Y un cineasta, Eisenstein, que, ya genio en la creación del naciente cine mediante el montaje de imágenes y la expresividad de personajes, hizo del acontecimiento un relato épico que acabó convirtiéndose en un mito.

Leí el otro día una entrevista a la historiadora rusa Yulia Kantor, publicada en la revista Sin Permiso, donde cuenta cómo cayó el Palacio de Invierno, antiguo palacio de los zares y en ese momento sede del gobierno provisional surgido en febrero de 1917. Documentada en aspectos antes no escritos, publicados o investigados, nos muestra un asalto que adquirió una forma en parte distinta a la que se ha contado. Siendo la sede del gobierno provisional, también lo era de un hospital abierto ante las necesidades de la guerra. Un gobierno moribundo, porque la rebelión popular, imparable, iba minando su autoridad. Por eso se dejaron detener los pocos miembros que quedaban, como también la guarnición de defensa apenas hizo nada para detener el asalto. Al final, fuera de la toma del poder por el Soviet de Petrogrado, controlado por el Partido Bolchevique, "el Palacio de Invierno tuvo mejor suerte que el de Versalles durante la Revolución Francesa, más bien salió bien librado de los acontecimientos de 1917".

Las imágenes de Octubre nos ha ofrecido un momento de masas asaltando el Palacio de Invierno. En el fondo esas imágenes no han sido sino una metáfora de lo sucedido: unas masas, formadas por amplios sectores del campesinado, la clase obrera industrial y los soldados  combatientes, que estaban movilizadas en las calles de las ciudades y pueblos de lo que fue el Imperio Ruso, reuniéndose para tomar discutir y decisiones, y para poner fin a un mundo que las había sojuzgado. 

(Imagen: fotograma de la película Octubre, de Sergei Eisenstein)