miércoles, 29 de mayo de 2013

La homofobia en Francia

Sorprende la virulencia con la que ha reaccionado un sector de la sociedad francesa en contra del matrimonio de personas del mismo sexo. El perfil de la gente que lo componte parece, de entrada, claro: extrema derecha, integrismo católico... Ingredientes que tienen sus raíces en la tradición política de grupos como la Action Française de las primeras décadas del siglo XX, el colaboracionismo con la ocupación nazi o el nacionalismo extremo que surgió durante la guerra colonial contra Argelia, con la OAS como grupo más relevante, y que desde hace tres décadas se expresa políticamente a través del Front National. El suicidó de hace unos días en la catedral parisina de Nôtre Dame puede ilustrar en parte la base social del movimiento contrario al matrimonio de homosexuales, al tratarse de una persona vinculada a la extrema derecha y antiguo militante de la OAS, que manifestó previamente la necesidad de llevar a cabo actos simbólicos y contundentes. El movimiento, sin embargo, es más amplio, pues parece que ha calado hondamente en sectores del catolicismo integrista, alentados por las declaraciones de los altos representantes de la jerarquía eclesiástica y las homilías del clero. Importante resulta también el posicionamiento de la UMP de Nicolas Sarkozy, cuya dirigencia y bancada parlamentaria ha hecho de la ley aprobada en abril una cuestión política prioritaria. El discurso que lo arropa es pobre y demagógico. Se utiliza además a menores como una forma de dotarlo de una vertiente sentimental que resulta penosa. En cierta medida sorprende que ocurra en un país como Francia, donde el debate político suele tener más altura. Junto a la acción parlamentaria y las movilizaciones hay algo más preocupante, como es la violencia física y verbal que se ha desatado contra las personas homosexuales en forma de agresiones, insultos, destrucción de locales... Homofobia, intolerancia… En fin, síntomas peligrosos en tiempos de crisis.