He leído en el número especial de Gaceta Sindical, el boletín digital de
CCOO, las razones que dan para ir a la huelga general de la enseñanza convocada
para mañana. Están ordenadas en dos bloques: sobre la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad de la Educación ) y sobre los
recortes presupuestarios.
En cuanto a los recortes,
iniciados ya durante el gobierno del PSOE e incrementados aún más por el del PP,
también existen poderosas razones para ir a la huelga: la eliminación de puestos
de trabajo necesarios y el incremento de las ratios del alumnado por aula; la reducción
del personal educativo complementario y
la consiguiente repercusión en la integración escolar y en la atención a la
diversidad; el aumento de las tasas universitarias, y el descenso del número y la
cuantía de las becas; la desaparición de programas educativos; la vulneración de
acuerdos laborales que garantizan unas condiciones de trabajo dignas para los
profesionales de la educación; el empeoramiento del funcionamiento de los
centros, su privatización y el cierre de servicios complementarios; el aumento de
la jornada lectiva del profesorado; el recorte de los salarios, que supuesto la
pérdida del poder adquisitivo en más de un 25%; el recorte de los derechos
sociales y del acceso a la jubilación anticipada y parcial.
Son razones poderosas. Lo
que ocurra mañana es de nuevo crucial de cara al futuro.