Se dice que Franco en cierta ocasión aconsejó a uno de sus ministros, que andaba un poco preocupado -quién sabe por qué-, con unas palabras parecidas a éstas: "mira, haz como yo, no te metas en política". En los años 30, en pleno ascenso del fascismo en Europa, el partido Falange Española aireaba aquello de "ni de izquierdas ni de derechas". Recuerdo con gracia lo que un compañero de facultad nos contó allá por 1977 acerca de su padre: "dice que es apolítico de derechas".
En nuestros días es frecuente echar mano de la expresión "los políticos". Claro que "esos políticos" son repugnantes. Pero son un reflejo de toda la podredumbre en la que viven. Su afán de acaparamiento no es ajeno al mismo afán que está instalado en la sociedad en que vivimos. Me pregunto qué solución se da para quitárselos de encima. ¿Se espera a un salvador? ¿"Militar, por supuesto", como dijo el guardia civil que, metralleta en mano, informaba el 23 de febrero de 1981 a sus señorías en el Congreso acerca de la formación de un gobierno? Ese día no triunfó el golpe de Tejero y compañía, sino otro que anestesió a la sociedad española y acabó metiéndola de lleno en todo el entramado político y económico internacional. El mismo entramado en que los gobiernos de turno (de González, Aznar, Zapatero) se sintieron solidarios con EEUU y sus aliados atacando a Iraq en 1991 y 2003, o a Afganistán en 2002. El mismo entramado basado en un modelo económico que mediante la pura especulación y la rapiña más voraz ha empobrecido a buena parte de la humanidad, ha propiciado el aumento de las riquezas de una minoría y el acaparamiento de propiedades de importantes sectores sociales intermedios, y ha creado el espejismo de un consumismo extremamente generalizado que ha hecho perder el sentido de la realidad.
Me pregunto si cuando se habla de "los políticos" se ha pensado en quienes desinteresadamente han dedicado, y siguen haciéndolo, buena parte de su esfuerzo y tiempo a que este mundo donde vivimos sea un poquito mejor cada día para todas las personas sin excepciones. Gente que no ha dedicado su tiempo a enriquecerse o a acumular propiedades y dinero a modo de un coleccionismo de nuevo tipo. Claro que la hay, yo conozco a muchas personas que no ha cogido un duro de "la política" o un duro de más de lo que antes recibían si se han dedicado a ella.
Escribía el otro día que se está masticando fascismo. Y de todas esas cosas se alimenta. El fascismo es la apoteosis del miedo, del egoísmo, de la violencia, de la explotación, de la sinrazón, de la ignorancia...