Me enteré el otro día del procesamiento por la justicia turca de Maite Mola, vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea, donde está integrada, entre otros grupos, IU. Está acusada, junto a otras diez personas de nacionalidad turca, de insultos al presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, que tuvieron lugar durante una manifestación en Estambul en febrero pasado.
Mola se encuentra doblemente sorprendida: primero, porque ha tenido conocimiento de la noticia hace un par de semanas cuando apareció en un diario turco, coincidiendo con el desarrollo de la campaña electoral; y también porque considera que el desarrollo de la manifestación fue tranquilo, sin que en ningún momento por su parte dirigiera ningún insulto a Erdogán.
A lo largo de una entrevista en cuartopoder.es habla sobre pormenores de lo ocurrido durante su presencia en Turquía y los apoyos que está recibiendo, a la vez que manifiesta que podía estar encarcelada en Turquía. Parece evidente el carácter represivo de su situación, dada la relación existente del PIE con los grupos de izquierda turcos y más concretamente con el Partido Democrático de los Pueblos, donde juega un papel importante la comunidad kurda.