Los sondeos electorales se suceden y en ellos llaman la atención las previsiones para IU, ahora dentro de la marca Unidad Popular: podría obtener en torno al 5% de los votos y en cuanto a representación en el Congreso oscilaría entre dos y seis escaños. Coinciden buena parte de analistas y de periodistas en resaltar la capacidad de resistencia de IU, teniendo en cuenta la competencia que le ha supuesto Podemos desde su aparición en 2014. Este partido se está llevando parte del electorado de IU en las generales de 2011 (en las que obtuvo el 7%) y en las andaluzas de 2012 (11%), lo que podría representar alrededor de la tercera parte de sus votos en el primer caso y un 40% en el segundo. También Podemos se está quedando con buena parte de lo que IU estaba ganando potencialmente, siguiendo los sondeos, hasta finales de 2013, cuando la situaban en su mayoría en torno al 15% de estimación de voto y en algunos casos como la primera en voto directo.
Se sigue insistiendo mundo sobre lo ocurrido en las elecciones de mayo pasado. Se repite sin cesar que fue un batacazo. Si bien es cierto que en las autonómicas tuvo resultados bastantes malos, salvando los muebles en Asturias con un digno 11,4%, se ha tendido a sobredimensionar lo de Madrid, sobre todo, donde una confluencia de varios factores negativos impidieron que por poco IU no obtuviera representación; y en menor medida, lo del País Valenciano, donde, sin duda, la triple competencia con Compromís y Podemos le perjudicó. Se olvida, sin embargo, que en las municipales IU mantuvo un nivel bastante digno (5,1%), teniendo en cuenta que en bastantes lugares no concurrió con sus siglas, sino integrada en candidaturas unitarias. Se olvidan, así, los resultados por comunidades de Asturias (13,3%), Andalucía (11%, sólo un punto menos que en 2011) o Murcia (8,5%); o las subidas en Castilla-La Mancha (7,4%), el País Valenciano (6,7%) y Castilla y León (5,6%, con el añadido de la alcaldía de Zamora).
UP/IU lo tiene difícil de cara al próximo 20-D, no hay duda. Hay mucha competencia en la izquierda, con Podemos sobre todo, pero también con el voto que sigue arrastrando el PSOE de ese sector y luego con el propiamente nacionalista. Después del fracaso en los intentos de confluencia de los grupos de izquierda, con la actitud de Podemos pretendiendo atraer a Alberto Garzón y desechando al grueso de IU y su carpetazo final, IU ha tenido que buscar una fórmula que refleje renovación, unidad y alternativa por la izquierda. Eso es lo que ha estado trabajando desde Ahora en Común, convertida ahora en Unidad Popular.
Pese a las dificultades IU ha trazado alianzas de diverso tipo. En Galicia, quizás la más llamativa, las Mareas siguen vivas con la confluencia de Anova, Podemos y la propia EU. En Cataluña EUiA formalmente se ha integrado en En Comú Podem, formada por ICV, Podemos y la gente allegada a Ada Colau, pero hay resistencia en sus base por la forma en que se ha hecho. En el resto de las comunidades IU ha conseguido, a través de Unidad Popular, unas candidaturas donde se han integrado personas vinculadas a movimientos sociales y grupos de diverso tipo.
UP/IU está haciendo una apuesta por un programa nítidamente de izquierdas, relanzando propuestas atrevidas. No tiene miedo de hablar de trabajo garantizado, nacionalización de sectores estratégicos, lucha directa contra los desahucios, mayor gasto social, salida de la OTAN, república, estado laico, proceso constituyente... Cosas que desde su principal rival en la izquierda, Podemos, están resultando difíciles de aceptar ahora, sumida desde hace meses en un proceso de moderación que pretende horadar en el voto moderado de la izquierda e incluso del centrismo. Quizás aquí resida el factor principal, que no el único, de la resistencia de IU, una fuerza política que, al margen de errores tácticos, a veces graves, siempre ha estado en el campo de la izquierda.