
La marcha ha buscado que la violencia que se ejerce contra las mujeres sea una cuestión de estado. Ha sido una llamada de atención a la desatención que el actual gobierno lleva practicando. La violencia de género, sufrida por las mujeres en un sistema todavía patriarcal, sigue siendo para el gobierno, el PP, el conjunto de la derecha y parte de la sociedad un asunto menor. El gobierno y el PP lo demuestran en sus consignaciones presupuestarias, en el tratamiento secundario del problema, en la actitud que buena parte de sus dirigentes y cargos muestran cuando hablan de las mujeres...
La derecha sigue anclada en unos planteamientos retrógrados, patriarcales y fuertemente apegados a los valores religiosos. Planteamientos interesados que, además, rezuman ignorancia. Desde esta perspectiva no existe conflicto de géneros, porque los comportamientos humanos pertenecen a cada individuo o son consecuencia de actitudes morales inadecuadas. Desprecian la existencia de un modelo patriarcal que somete a las mujeres y de una ideología androcéntrica que lo justifica. Es ahí donde hay que buscar las raíces del problema, de las múltiples agresiones que en cada momento sufren las mujeres, de las diferentes formas de violencia a las que están sometidas.
Desde la derecha (fundamentalmente, que no exclusivamente) se sigue combatiendo el feminismo o lo que llaman despectivamente la ideología de género. Es lo que llevó ayer, por ejemplo, a un grupo reducido de miembros de Vox a sacar en la marcha una pancarta con el lema "Ni machismo ni feminismo". Hasta en esto la ignorancia es atrevida.