miércoles, 28 de noviembre de 2018

Borrell, en la cuerda floja

Eso creo. Como también que no tardará mucho en dimitir o que "lo dimitan". Tiene demasiados frentes abiertos. Siendo catalán y con un acento que le delata (en el buen sentido, por supuesto), ejerce, si no de anticatalán, sí de españolista. Y añado: furibunfo. Hasta el punto que, afiliado o no, ha participado como un personaje de relieve en los actos organizados por Sociedad Civil Catalana, una de las puntas de lanza del españolismo no sólo contra el independentismo, sino contra el soberanismo, entendido éste como la defensa del derecho a decidir. En septiembre pasado ya montó el número, por no decir que hizo patéticamente el ridículo, con eso de las bombas de precisión, queriendo justificar la venta de armamento a Arabia Saudita. El otro día fue uno de los protagonistas de un rifirrafe en el Congreso: increpado por Gabriel Rufián, se sintió más que aludido por su vinculación con Sociedad Civil Catalana, de la que el diputado de ERC dijo que estaba vinculada a la extrema derecha. Lo que vino después, tras la expulsión de Rufián y la solidaridad de sus compañeros de grupo, fue lo del escupitajo de Jordi Salvador que nadie ha visto salvo él, pese a las cámaras de televisión. Esos días, además, lo eran de la aprobación del Brexit tanto en la UE como en el Reino Unido. Y como en este país lo de Gibraltar es un asunto de alto interés patriótico y electoral, cada partido jugó sus bazas. Y Borrell, pese a ser responsable de Asuntos Exteriores, debió de despistarse algo en sus obligaciones, por lo que tuvo que dejar el peso de las cámaras a su jefe Pedro Sánchez. Y para completar más los embrollos en los que está metido, anteayer volvió a salir lo de sus relaciones con la empresa Abengoa, de la que había sido consejero antes de ser ministro, y la multa de 30.000 euros por haber hecho uso de información privilegiada. Un episodio más de eso de las puertas giratorias, vamos. Pero hay más: ayer volvió a sacar a relucir sus ideas imperiales cuando dijo que los europeos que llegaron a EEUU, además de tener poca historia, lo único que hicieron fue matar a "cuatro indios". Demasiadas cosas para un alta figura del sistema. Por eso me atrevo a pronosticar que le queda poco como miembro del gobierno.