miércoles, 21 de noviembre de 2018

¿Separación de poderes?

El espectáculo que están dando estos días PP y PSOE  con el reparto de influencias en el seno del CGPJ y del Tribunal Supremo clama el cielo. Ha puesto de relieve, una vez más, que no existe una separación efectiva de poderes. El poder judicial, que es por esencia también un poder político, está haciendo aguas por todos los lados. Por lo que estamos viendo, quien lo controla de hecho, directa o indirectamente, es el PP. De él y de quienes representan una visión de la justicia conservadora dependen las principales decisiones judiciales. Salvo algunos casos excepcionales, en lo principal siempre salen de rositas las personas que tienen el poder económico e institucional. En los cálculos que ha descubierto Ignacio Cosidó -ahora, senador del PP, y antes, jefe de la corrupta trama policial orientada a hacer desaparecer pruebas que incriminaran a su partido-, con el pacto con el PSOE lo tenían todo controlado. Y de inmediato, la sala que va a juzgar a la dirigencia catalana del procès. Tras lo ocurrido estos días, con la renuncia ayer de Manuel Marchena a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo, todo sigue igual. Con lo que conlleva.