jueves, 11 de enero de 2018

El mapa de las guerras, el de un mundo infernal


Es lo que nos ofrece Tom Engelhardt en la página electrónica TomDispatch.com(publicado, ya traducido, por Rebelión) con elocuencia. Se trata del mapa de las guerras donde está involucrado EEUU. Son 76 los países donde ese país está interviniendo de alguna forma: directamente con sus tropas, mediante drones,  por la presencia de bases militares o en la lucha contra el terrorismo. Un mapa de un "mundo infernal", como se refiere Engelhardt en el título de su artículo.

Ahora tenemos a Donald Trump, que quiere imprimir un giro aún más intenso en la presencia del imperio en el mundo. Pero no debemos olvidar que quienes siguieron a George H. W. Bush no han dejado de alimentar y mejorar la maquinaria infernal que está destruyendo al mundo y a quienes habitan en él.  Los Jimmy Carter, George W. Bush y Barak Obama, cada uno a su manera y en distinto grado, son también responsables.


Engelhardt  nos recuerda lo ocurrido desde principios del siglo XXI: "Una vez, hace casi 17 años, era un país; ahora son 76, y la cuenta sigue creciendo. Mientras tanto, hay grandes ciudades convertidas en escombros, decenas de millones de seres humanos han tenido que abandonar su casa, millones de refugiados han cruzado fronteras, se han desestabilizado cada vez más territorios, algunos grupos terroristas se han convertido en marcas en importantes partes del planeta y nuestro mundo estadounidense continúa militarizado". Y sólo se refiere a las guerras. 

Que no vivimos en el mejor de los mundos, es algo evidente. Como lo es también que la Tierra sigue siendo un infierno para mucha gente, para la mayoría. Desde que EEUU se erigió en la única superpotencia, cuando acabó la Guerra Fría -hace más de un cuarto de siglo-, la cosa ha ido a peor. Las promesas que lanzaron sus voceros acerca del "fin de la historia", "la era de la libertad" y demás expresiones rimbombantes, nunca han sido realidad. Desde entonces el imperio, con la ayuda de sus segundones, sea la UE, Japón y otros aliados, no ha dejado de sembrar miseria y guerras. Violencia, en suma. En nombre de la libertad. Hasta en los países más ricos se ha roto el pacto que permitía a la mayoría disponer de derechos sociales.

Ahora el mundo está manos de un imperio, en lo político y militar, haciendo uso de la fuerza por sí solo o con la ayuda de la OTAN y de otros aliados (por ejemplo, Arabia Saudita), y de una minoría económica que, a través de instituciones supranacionales o gobiernos, no para de imponer los cánones del neoliberalismo.