sábado, 22 de enero de 2022

El conflicto de Ucrania y los intereses de EEUU

Tres asertos iniciales: 1) la popularidad de los presidentes de EEUU aumenta cuando incrementan la tensión internacional, haciendo uso de la guerra cuando sea preciso; 2) el principal motivo utilizado entre los países que crearon la OTAN en 1949 fue frenar el expansionismo de la URSS; y 3) en 1991, en el momento de la desaparición de la URSS y el Pacto de Varsovia, George Bush (padre) se comprometió a la no ampliación de la OTAN.

El primero de esos asertos sigue vigente. El segundo, teniendo en cuenta que ya no existen ni la URSS ni el Pacto de Varsovia, formalmente no tiene ningún sentido que la organización militar occidental siga existiendo. Y en cuanto al tercero, después de que no se haya cumplido la garantía dada a Rusia en su día, es necesario dedicarle algunas líneas más. Vayamos por partes.

En primer lugar, la OTAN se ha ido extendiendo a casi todos los países que en su día formaron parte del Pacto de Varsovia: la RDA, reunificada en la RFA, en 1990; Polonia, República Checa y Hungría, en 1998; y Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Eslovenia, Rumanía y Bulgaria, en 2004. Entre ellos, las tres repúblicas bálticas y Polonia tienen, de distintas maneras, fronteras con Rusia. 

Posteriormente se intentó la ampliación del organismo militar occidental con otros dos países: Georgia, en 2008, y Ucrania, en 2014. Los dos, fronterizos con Rusia. Si en el primer caso ese intento se ha enfriado, el segundo se ha convertido en estos momentos en el principal foco de tensión internacional entre EEUU y Rusia, con los países europeos de por medio y entre éstos, con intereses diferentes.

El que Ucrania se haya convertido de nuevo en la principal pieza del tablero geoestratégico internacional no es algo que haya sido producto del azar. Y para ello debemos partir de dos realidades: una, la situación de EEUU como potencia hegemónica internacional en un contexto cambiante; y la otra, derivada de esto último, el papel que juegan Rusia, heredera de buena parte de lo que representó la URSS, y China, como principal potencia emergente y rival, de facto y de palabra, de EEUU.  

China es un país que lleva varias décadas en un proceso de crecimiento económico ininterrumpido. Lo contrario que EEUU, que estaría en bancarrota de no ser por la capacidad que tiene a través de su moneda para enjugar su crónico déficit comercial y financiero. China, a su vez, sigue incrementando los tratados comerciales de carácter amistoso con países de Asia, África y América Latina,  lo que lleva a cabo buscando materias primas y ofreciendo inversiones y productos manufacturados. En el caso de EEEU, sus intervenciones y/o agresiones militares de EEUU en Irak, Libia o Afganistán no son ajenas al control que quiere ejercer sobre sus recursos naturales, especialmente el petróleo. 

En su búsqueda de nuevos mercados China ha llegado a crear y/o pergeñar nuevas vías, si bien en esta ocasión haciéndolo a través del continente euroasiático, pero sin descartar las vias marítimas. Es el caso de la Nueva Ruta de la Seda, trazada por el interior de Asia, rememorando la habida en los siglos medievales, y que podría llegar incluso hasta Europa. También estarían corredores de menor distancia, complementarios o apéndices de la anterior, como el chino-pakistaní, el indo-iraní-afgano o el indo-iraní-ruso. 

En cuanto a la capacidad militar, la de China es muy inferior a la de EEUU, sobre todo en lo concerniente a la potencia nuclear. El despliegue de sus efectivos militares está restringido a su área de seguridad en el Extremo Oriente. Por el contrario, el gigante norteamericano dispone de una ingente cantidad de tropas repartidas por todos los océanos y mares en forma de bases militares o flotas navales, que se ven reforzadas por la ayuda que le prestan los países que integran la OTAN. Una ayuda en cierta medida no homogénea, pero que en su conjunto no es nada desdeñable. Y en algunos casos, hasta de máximo nivel, como ocurre con Gran Bretaña, del que la deriva hacia el brexit no ha sido algo ajeno.

Que EEUU está buscando en la crisis ucraniana la forma de aislar a Rusia con la ayuda de sus aliados europeos, no cabe la menor duda. Entre los motivos existentes, sin perder de vista la baja popularidad del presidente Biden, no podemos olvidarnos de un hecho primordial: Rusia es una potencia energética, suministradora de la mayor parte del gas natural que se consume en Europa. En el caso concreto de Alemania adquiere una máxima importancia, dados los escasos recursos energéticos naturales de los que dispone y después que haya  renunciado a la producción de electricidad a través del carbón y la energía atómica. En este contexto EEUU se ha postulado como suministrador del gas esquisto proveniente del sistema conocido como fracking, una actividad en la que ha apostado sin límites, a pesar del fuerte impacto medioambiental que conlleva.

De lo que se trata, por tanto, es de debilitar a Rusia, una de las potencias internacionales y la segunda en términos de armamento nuclear, pero con una capacidad militar que sólo le permite poder garantizar su propia seguridad entre los países de su entorno geográfico. No lo olvidemos: el importe de su gasto militar se encuentra bastante alejado del que tiene EEUU y aumentarlo repercutiría gravemente sobre una economía que en términos relativos es muy inferior.

La entrada de Ucrania en la OTAN supondría la ampliación del cerco militar sobre Rusia y algo que pondría en peligro su seguridad. Creer que lo que busca Rusia es la anexión de su vecino del oeste resulta una falsedad. Uno de los ejemplos que se pone es de la incorporación de Crimea por Rusia ocurrida en 2014, sobre lo que conviene hacer dos matizaciones: se llevó a cabo como consecuencia del golpe de estado habido en Ucrania, impulsado desde las potencias occidentales, y que supuso la imposición de un gobierno prooccidental y con un fuerte sesgo antirruso, teniendo en cuenta que una parte importante de ese país se autodefine culturalmente como rusa; y fue apoyado en referéndum por la inmensa mayoría de su población. Y otro ejemplo es el de los territorios situados al este de Ucrania, de mayoría cultural rusa, donde no se aceptó lo ocurrido tras el golpe de 2014. Se han desgajado no tanto de Ucrania, a la que siguen queriendo pertenecer, como de las autoridades instaladas a partir de 2014.

Se está hablando que Europa tiene muy poco que ganar y mucho que perder en este conflicto. La UE no está actuando como un bloque homogéneo, más allá de pronunciamientos verbales contra Rusia. Por su parte, los gobiernos de los países miembros de la OTAN también están mostrando actitudes diversas. Los de Francia y Alemania, en un principio, están entre los más remisos a que el conflicto se agrave. El de Gran Bretaña, como principal aliado de EEUU, se encuentra en el extremo opuesto. Y está el nuestro, con una ministra de Defensa, Margarita Robles, que no ha dudado en apoyar, mediante gestos y alguna decisión concreta de carácter logístico, a EEUU. Mal asunto. Para el propio gobierno de coalición y para nuestro país. 

El NO A LA GUERRA tiene que seguir siendo la perspectiva más razonable.           


Algunos documentos de interés (por orden cronológico)

Augusto Zamora R. Réquiem polifónico por Occidente. Madrid, Akal/Foca, 2018.
Augusto Zamora R. “Ucrania es casus belli, señores de la OTAN”, en Público, 30-12-2021 (https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55224/ucrania-es-casus-belli-senores-de-la-otan/).
Ángel Guerra. “Rusia-EU: quién amenaza a quién (I)”, en teleSURtv.net, 12-01-2022 (https://www.telesurtv.net/bloggers/Rusia-EU-quien-amenaza-a-quien-I-20220112-0001.html).
Rafael Poch. “La invasión de Ucrania”, en ctxt, 16-01-2022, (https://ctxt.es/es/20220101/Firmas/38467/rusia-ucrania-invasion-otan-rafael-poch.htm).
Pedro Baños.” Si Europa llegara a enfrentarse militarmente…”, mensaje publicado en Twiter, 19-01-2022 (https://twitter.com/geoestratego/status/1483767715831689217).
Guadi Calvo. “La OTAN, a toda velocidad contra Rusia”, en Rebelión, 20-01-2022 (https://rebelion.org/706834-2/).
Augusto Zamora R. “Rusia, Ucrania, la OTAN y la multipolaridad”, en Público, 21-01-2022 (https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55964/rusia-ucrania-la-otan-y-la-multipolaridad/).
Ángel Guerra. “Rusia-EU: quién amenaza a quién (II)”, en teleSURtv.net, 21-01-2022 (https://www.telesurtv.net/bloggers/Rusia-EU-quien-amenaza-a-quien-II-20220121-0001.html).