jueves, 24 de junio de 2021

La derecha española y los derechos civiles

La derecha española tiene una mala relación con los derechos civiles. Se le rompe la boca de vociferar contra las leyes que buscan su reconocimiento. Antaño como Alianza Popular, luego con su continuación refundada con el nombre de Partido Popular y en nuestros días, al unísono, como Partido Popular y su excrecencia Vox, el caso es que eso del divorcio, el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia o el reconocimiento de las personas trans no les va. Sólo el más "modelno" Ciudadanos se ha salido de esa estela, pero al paso que va, poco va a poder aportar para su regeneración en esa materia. Vayamos por partes.

En 1981, cuando gobernaba la Unión de Centro Democrático, AP votó en contra de la que fue la segunda ley de divorcio en España (la primera data de 1932) y que todavía sigue vigente. Sabido es, por poner un ejemplo, el caso conocido de un tal Francisco Álvarez Cascos que votó en contra cuando era diputado y que con el paso de los años ha llegado a divorciarse -no sé si por gracias a Dios- en tres ocasiones. El tal personaje llegó a ser número 2 del PP y hasta del gobierno cuando José María Aznar lo era todo en ese partido.

En 1985 AP, de nuevo, votó en contra de la primera ley del aborto, si bien años más tarde, en 1996, ya como PP, su líder, José María Aznar, reconoció que no iba a modificarla. Eran los tiempos en que Josemari mencionaba a Manuel Azaña como un buen español, leía a Luis Cernuda, hablaba en catalán en la intimidad... 

En 2005 se aprobó la ley que posibilita el matrimonio entre personas del mismo sexo, a lo que el  PP se opuso e hizo todo lo posible e imposible para conseguirlo. En su seno se seguía hablando de la homosexualidad como enfermedad y hasta la esposa de Josemari llegó a decir eso de "una manzana y una pera no pueden dar una manzana". Sólo Celia Villalobos rompió la disciplina de partido, pero hubieron de pasar algunos años para que empezaran a alzarse algunas voces criticando públicamente la posición de su partido. Sabido es también, volviendo a los ejemplos, que Javier Maroto, hoy casadista donde los haya, se casó en 2015 con su novio de siempre y no por ello se rompió España.   

En 2010 el PP se opuso a la actual ley del aborto, que modificó la anterior introduciendo unos plazos para poder acceder a la interrupción voluntaria del embarazo. Aquí el PP dio un paso más, pues presentó un recurso de inconstitucionalidad. Incluso en 2013, ya con el PP en el gobierno, el ministro Alberto Ruiz Gallardón llegó a presentar un anteproyecto que buscaba modificar la ley de 2010. Con una fuerte oposición, hasta dentro de su partido, no lo logró y cavó su tumba como miembro del gobierno. Y mientras tanto, cómo tiene que estar la cosa en el seno del Constitucional que, después de 11 años, aún no ha resuelto el recurso.

Ahora estamos con la recién aprobada ley de eutanasia. Vox ya ha interpuesto el recurso correspondiente ante el Tribunal Constitucional. Desde el fascismo español se ha llegado a comparar sin pudor su contenido nada menos que con las cosas que hacían en la Alemania nazi. Hoy el PP ha anunciado que va a hacer lo mismo. Helos ahí, padre e hijo pugnando por lo mismo. 

Y queda por culminar la tramitación de la conocida como ley trans. Parece que las reticencias del PSOE están dando paso a una actitud favorable para seguir adelante y que, por fin, pueda darse un paso más en el reconocimiento de derechos civiles. Tanto el PP como Vox se han opuesto desde el primer momento. Lo que queda por ver es el grado de oposición que van a desplegar. Pero conociendo el paño...