Hoy, último día de marzo, dejará de publicarse el periódico digital Cuarto Poder. Lo anunciaron el pasado viernes con una entrada que se encabezada de esta manera: "La noticia que no queríamos dar: cuartopoder dejará de publicarse el 31 de marzo". Nacido hace once años, habría que encuadrarlo dentro de los medios de comunicación que pueden considerarse como críticos y/o alternativos, una vía por donde se fue encauzando en los últimos años. No ha podido resistir la competencia que hay en el mundo del periodismo, en el que la independencia se paga cara.
Sabido es que los grandes medios están ligados al sistema, porque son las grandes corporaciones empresariales las que los alimentan, a lo que hay que unir el aderezo frecuente que aportan algunas instituciones públicas. Para ello se valen de las inversiones que dicha empresas hacen y de la cuantiosa publicidad que reciben del espectro de económico e institucional. Eso lleva a que los grandes medios sirvan para defender la voz (y los intereses) de sus amos y para crear la (falsa) ilusión de que vivimos en un sistema de libertades plenas. Incluso llegan a arrogarse el monopolio de que en ellos recae la libertad de expresión.
Fuera de ese grupo de medios se encuentran otros, independientes de esos grandes grupos económicos y que en su mayoría, si no en su totalidad, luchan de distintas formas por subsistir. El contexto en que la red electrónica se ha convertido en la principal vía de información para una buena parte de la población, ha hecho que el formato digital sea el medio de llegar a la gente, descartando la edición tradicional del papel. Todo esto ha supuesto que se hayan cambiado los hábitos de acceso a la prensa escrita, que está muy diversificada y que, además, se ha complementado con la multiplicidad de formas de expresión (mediante páginas, cuadernos, portales... electrónicos), donde hay una clara impronta de lo personal. Los medios digitales ofrecen mayor rapidez, dinamismo, flexibilidad e incluso atractivo a la hora de publicar. A su vez, han conocido un aumento en su número.
Todo esto ocurre también, como es lógico, en el caso de los críticos y/o alternativos. Entre otros, se encuentran Público, elDiario.es, infoLibre, La Marea, El Salto, 3 Información, Nueva Tribuna, ctxt o el propio Cuarto Poder. Pero el principal problema con el que se encuentran es la financiación. Una parte ha optado por las suscripciones, si bien permiten, en distintos grados y momentos, el acceso completo a la información que ofrecen. Otros piden aportaciones económicas para equilibrar las cuentas. Y están también aquellos que echan mano de la publicidad, algo que resulta difícil, dada su naturaleza. Es lo que se hacía en Cuarto Poder, pero al final les ha resultado imposible mantenerse, incluyendo en ese aspecto las dificultades con las que se han encontrado para obtener publicidad institucional, de la que se aprovechan más y mejor -vaya casualidad- los grandes medios.
La red electrónica permite que diariamente (y a lo largo de cada jornada), en unos casos, o cada cierto tiempo, en otros, podamos hacer un rueda de acceso a los diferentes medios. Grandes y pequeños, independientes o no, de derecha o de izquierda, del sistema o críticos/alternativos, del país o de otros países... En mi caso, entre los que puedo considerar más próximos y/o más fiables, varios son los que ofrecen la suscripción para acceder a la información. Lo están haciendo ya elDiario.es, en mayor medida, e infoLibre, y sospecho que Público no tardará en que así sea también. Por distintas razones, no considero pertinente suscribirme a todos, así como hacerlo también a otros medios, de los grandes (por ejemplo, El País, El Mundo, El Confidencial...), cuya información también resulta necesaria, pues ayuda al contraste y complemento.
La subsistencia y pervivencia de los medios críticos y/o alternativos en la actual situación resulta, pues, difícil. Y no sé cuál puede ser la solución. La desaparición de Cuarto Poder está dando lugar a numerosas muestras de solidaridad y preocupación. En la entrevista a su director, Sato Díaz, que La Marea publicó el mismo día 26, dijo cosas interesantes. Una fue: "sería una
noticia muy buena la unión, desde la diversidad y pluralidad e independencia,
de todos estos medios que hacemos un periodismo necesario, crítico e
independiente. Generar un medio potente, que no esté al servicio de los
discursos dominantes, ayudaría a profundizar democráticamente en nuestra
sociedad.". Y otra, "hace falta
evitar el oligopolio de las empresas de información que hay en este país.
Reforzar los medios públicos para que sean independientes de las estructuras de
los partidos políticos. Y generar y facilitar que crezcan medios comunitarios:
aquellos que nacen de la propia sociedad civil".
Una lástima.
(Imagen: Pixabay, ilustración del artículo "La noticia que no queríamos dar: cuartopoder dejará de publicarse el 31 de marzo").