Willy Toledo acaba de publicar un mensaje sobre el fichaje de Toni Cantó por el PP. Muy escueto, ha definido al actor/político, cargado de sarcasmo, con una sola palabra: "Ídolo". En cierta ocasión, durante el programa No te metas en política, Toledo contó que, siendo niño, llegó a veranear dos años junto a Cantó. Los dos eran hijos de médicos y comunistas. Añadió, además, que cuando coincidieron en la serie 7 vidas "no era tan facha como es ahora". Cosas de la vida.
Con el paso de los años Willy Toledo se ha mantenido en la senda de la lucha contra el sistema. Desde una radicalidad que le sigue reportando muchas dificultades. Una de ellas, el encontrar trabajo. A ello se unen ataques continuos desde los medios de comunicación de la derechona, querellas y juicios, y hasta problemas de salud. Pero ahí sigue, coherente y con la dignidad indemne.
Toni Cantó, por su parte, se ha incrustado en el propio sistema. En su caso, desde una radicalidad que le lleva a aprovecharse de él y ayuda a apuntalarlo. Y, lejos de las dificultades de su amigo de niñez, con un éxito en el que no le importa el precio a pagar. A la incoherencia de la que está haciendo gala, se puede añadir oportunismo, desfachatez, sinvergüencería, caradura, veleta, cambio de chaqueta... e indignidad (¿qué se puede decir de ese partido?).
Uno y otro representan, en fin, las dos caras de la misma moneda.