miércoles, 31 de diciembre de 2025

Poner en su sitio a un dictador desde la Historia


Se acaba el año 2025 y con él el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco. Por ese motivo le dediqué la entrada "Testimonios de mi rebeldía juvenil contra un dictador: una pintura y un poema"No ha sido la única vez, pues a lo largo de los 16 años de vida de este cuaderno han sido numerosas las ocasiones, y de diferentes formas, en que lo he hecho. Para no extenderme, y a modo de ejemplo, en 2021 publiqué una recopilación breve de poemas y retratos que titulé "7 poemas (antifascistas) y 7 retratos (satíricos) para un dictador". Invito a leer los poemas y a ver imágenes que los acompañan.

Ahora me voy a centrar en el campo de la Historia y en recordar algunas de las biografías que he leído, publicadas en las tres últimas décadas. Cuatro son de los años ochenta y noventa del siglo pasado, obra de Javier Tusell, Paul Preston, Stanley G. Payne y  Juan Pablo Fusi. Y dos, de este siglo, con Enrique Moradiellos y Julián Casanova como autores, si bien, la de este último es reciente, del mismo año 2025. En general, se trata de trabajos reconocidos, algunos en alto grado, producto de la utilización de fuentes documentales directas y de una amplia literatura histórica. Pero no voy a hacer un análisis de cada una de ellas. Para esta ocasión solamente me he detenido en el final de cada libro, reproduciendo  las últimas líneas. 

Me voy a detener un poco en un aspecto que resaltó Paul Preston en su libro, cuya primera edición, en inglés, data de 1993. En su apreciación acerca de la escasa relevancia que hasta ese momento habían tenido los franquistas en las elecciones habidas desde 1977, se refirió a que "nunca han cosechado más del 2 por ciento de los voto", pronosticando sobre esos "envejecidos irreductibles franquistas" que  se concentraban cada 20 de noviembre  que "muy pronto ya no quedará ninguno". 

Más allá de lo destacable de la biografía, que Julián Casanova ha calificado de estar "a la altura de las mejores" (2025, p. 239), esa apreciación del hispanista británico contrasta con lo que está ocurriendo en la actualidad y ese preocupante 21'3% de personas que considera que la dictadura de Franco fue buena o muy buena (RTVE/CIS, 2025). Eso sí, frente al 70% que se posiciona en lo contrario. ¿De dónde sale esa quinta parte? Más de varones (26,8%) que de mujeres (16%); principalmente entre votantes del PP (41'6%) y de Vox (61'7%); y, ateniéndonos a los grupos de edad, entre quienes tienen 55-64 años (24'5%), 65-74 (22'6%) y 75 ó más (25'8%), con la franja 18-24 años acercándose a la media (19'6%).

Estoy con Julián Casanova  que la "función de la historia es comprender las fuerzas políticas, sociales y culturales" que configuran los hechos y los personajes, en este caso el de Francisco Franco. Es así como se hace historia, haciendo uso de una base documental que permita acercarnos al conocimiento real y fuera de apreciaciones subjetivas carentes del rigor necesario para sostener una tesis. 

Lo que está ocurriendo en nuestros días, con esa regresión nostálgica hacia la figura y la práctica del dictador, no deja de ser un síntoma de  cuál es el clima político que se está dejando ver en nuestro tiempo. En España y en el resto del mundo. Para quienes denostamos (y hemos sufrido) lo que representó el franquismo y lo que se atisba en ese clima regresivo, dentro y fuera, nos corresponde hacer lo posible para impedirlo. Y el remedio está en defender más derechos, más libertades, más igualdad, más democracia y también, por supuesto, más respeto a la naturaleza.

He aquí los textos.


"Dotado de conciencia del deber, prudente y hábil, sin embargo, el juicio más positivo que de Franco puede hacerse quizás consiste en recordar lo que no fue: su régimen violó habitualmente las libertades y los derechos de las personas, resultó cruel y, nacido de una guerra civil, consistió, sobre todo, en su perduración, marginando a una parte considerable de España, pero al mismo tiempo, no fue un sistema totalitario como otras dictaduras contemporáneas. Al franquismo le han atribuido sus partidarios el desarrollo económico de los años sesenta o la Monarquía de 1975, pero el primero se produjo mucho más en el transcurso de su existencia que gracias a él, y la segunda cambió sustancialmente la norma de convivencia de los españoles. Con todo, ambas cosas hubieran sido imposibles de haber sido el franquismo un régimen totalitario. Así como en la sociedad española había ido creciendo el sentimiento de libertad, como crece la hierba en las junturas de las losas de un patrio empedrado, en la sucesión prevista habría una esperanza a la recuperación de las libertades".
(Javier Tusell, 1989; pp. 241-242)


"En las múltiples elecciones municipales, regionales y nacionales habidas en España desde 1977, los partidos que defienden abiertamente valores franquistas nunca han cosechado más del 2 por ciento de los votos, Los españoles han abrazado el régimen democrático y han rechazado los proyectos de Franco para su futuro. Cada año, el 20 de noviembre, un grupo de sus más fervientes partidarios se concentra y grita 'Franco resucita, el pueblo te necesita'. Pero cada año, los envejecidos irreductibles franquistas son menos. Muy pronto ya no quedará ninguno".
(Paul Preston, 1995; p. 975).


"El régimen y la era de Franco pusieron punto final a un periodo largo y conflictivo de la historia de España, pero, como Moisés, Franco debía permanecer en la otra orilla de la historia, incapaz de participar en la nueva era. Esto lo impedía su propio carácter, personalidad y valores, como caudillo militar de una sociedad conservadora, que en gran parte había dejado de existir incluso antes de su propia muerte".
(Stanley G. Payne, 1995; p. 272).


"Pero hay algo que jamás se discutirá: que Franco estableció la dictadura más larga de los siglos XIX y XX de la historia española, una dictadura personal de cuarenta años cuya simple existencia provocó el rechazo frontal de la conciencia liberal y democrática de su tiempo.
Mientras esa conciencia impregne nuestra visión de las cosas, Franco, que se declaró responsable ante Dios y ante la Historia, tendrá, guste o no, el juicio mayoritariamente adverso de estas última" (p. 271).
(Juan Pablo Fusi, 1995; p. 271).


"Franco no fue ni el inteligente ni previsor estadista proyectado por sus hagiógrafos ni tampoco la nulidad humana meramente afortunada que pretendían sus adversarios. Fue algo mucho más complejo y, a la par, más normal y corriente, como demuestra el obvio contraste entre esas habilidades que le permitieron alcanzar grandes triunfos y su sorprendente mediocridad intelectual que le llevaba a creer en las ideas más banales. Fue, en definitiva, un militar español competente, conservador, ultranacionalista, católico-integrista y sumamente ambicioso y calculador, que llegó a encarnar y personificar los anhelos, esperanzas y temores de aquella España tradicional y reaccionaria que había ganado la guerra civil bajo su liderato y que posteriormente no quiso prescindir de los frutos de la victoria hasta tener completas garantías de seguridad para el incierto porvenir". 
(Enrique Moradiellos, 2002; p. 245).


"El juicio sobre la maldad o bondad de los personajes del pasado no es un concepto histórico. El autoritarismo nunca es una bendición; la persecución de cientos de miles de personas no es el precio que hay que pagar para salvar a una nación en un momento de extraordinario peligro. Todo lo que entra en la categoría de 'Franco también hizo cosas buenas' lo estaban haciendo en ese momento las democracias más avanzadas de Europa, sin necesidad del legado de destrucción que habían dejado el golpe de Estado, la guerra civil y la larga época de miseria, hambre y represión. La función de la historia es comprender las fuerzas políticas, sociales y culturales que configuraron el ascenso al poder y las decisiones tomadas por Franco durante cuatro décadas. Tiene que ser posible, cincuenta años después, volver la vista a ese pasado y no buscar solo aprobación o condena. Conseguir eso sería una buena recompensa parea esta biografía y para mis enseñanzas como historiador".
(Julián Casanova, 2025; pp. 382-383).


Origen de la información

Casanova, Julián (2025). Franco. Barcelona, Crítica.
Fusi, Juan Pablo (1995). Autoritarismo y poder personal. Madrid, Taurus.
Moradiellos, 
Enrique (2002). Francisco Franco. Crónica de un caudillo casi olvidado. Madrid, Biblioteca Nueva.
Payne, Stanley G. (1995). Franco. El perfil de la Historia. Madrid, Espasa Calpe.
Preston, Paul (1995). Franco. "Caudillo de España". Barcelona, Grijalbo Mondadori.
Tusell, Javier (1989). La España de Franco. Madrid, Historia 16.
RTVE (2025). "El 21'3% de los españoles piensa que la dictadura de Franco fue buena o muy buena, según el CIS", 13 de octubre (https://www.rtve.es/noticias/20251013/cis-dictadura-franco/16768390.shtml).