Fidel Castro, un gigante del siglo XX y del tiempo
Hace nueve años estuve en Cuba. Hablé con cubanos y cubanas, observé sus gestos, calibré sus palabras y me fijé hasta en los silencios. Hacía un año que había caído gravemente enfermo y ya había decidido retirarse de la primera línea. Recuerdo durante la visita a un colegio que una maestra, a la pregunta de si su retirada podía suponer el fin de la revolución, respondió con un "¡jamás!", con esa "s" enfatizada como lo hacen en el Caribe. No hay nada hay eterno y Cuba sigue cambiando. Pero prevalece una manera de hacer donde los logros han sido muchos. Mientras en los países pobres y no tan pobres muere diariamente gente de hambre, de malnutrición, de insalubridad o de enfermedades por falta de atención médica, en Cuba eso no ocurre. Y mientras en esos mismos países la educación en todos los niveles es un lujo para la mayoría, en Cuba eso no ocurre. Son dos ejemplos. Y en ello Fidel ha tenido mucho que ver. Ya tiene noventa años y sigue presente. Es un gigante del siglo XX y del tiempo.
(Imagen: retrato de Fidel Castro realizado por Tato Cort)