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jueves, 22 de enero de 2015
Syriza, un viento de esperanza
Las elecciones griegas del domingo se presentan como primordiales. Para Grecia, en primer lugar, pero también para Europa. Los resultados pueden marcar el rumbo de la política europea de los próximos años. La victoria de Syriza abriría un camino diferente del trazado hasta ahora para construir Europa, alejado de las políticas austericidas que sólo están favoreciendo a una minoría y están llevando a la ruina creciente de la mayoría social. La victoria de Nueva Democracia, por el contrario, supondría no sólo más de lo mismo, sino fortalecer a quienes mandan impunemente en Grecia y en Europa. El miedo es el gran enemigo de Syriza y los grupos de la izquierda griega. Ya lo fue en 2012, cuando atenazó a la gente. Sigue aún presente, sobre todo entre la gente mayor, si bien está por ver en qué medida se ha desprendido de quienes prefieren el actual estado de cosas o simplemente se resisten a dejar las cosas como están. Los sondeos de opinión últimos siguen dando a Syriza la victoria. Después de la fuerte ofensiva lanzada desde dentro y fuera del país contra ese grupo, puede llamar la atención su capacidad de resistencia y, a la vez, la incapacidad de Nueva Democracia para ni siquiera recortar las diferencias. En todo caso es el domingo el momento decisivo, fuera de cábalas y sondeos mejor o peor hechos. Syriza, como principal opción de la izquierda, pero también otros grupos, como el comunista KKE, pueden ser exponentes de un futuro menos negro del que por ahora nos están dando quienes controlan Europa. Syriza es un viento de esperanza que ojalá pueda seguir soplando.