viernes, 2 de agosto de 2013

Mariano es un nini


Vi estupefacto el debate en el Congreso que tuvo lugar en la sede del Senado. Mariano Rajoy empezó con un rotundo "ni voy a dimitir ni voy a convocar elecciones legislativas. Eso que quede claro". Reconoció, a lo borbón, eso de "me he equivocado". Añadió, a modo de víctima engañada, lo de "yo confié en el señor Bárcenas". Y en medio de un batiburrillo de frases sin coherencia temporal. Habló de no ser culpable, de los mensajes que contestó, de las auditorías del Tribunal de Cuentas, de sus peticiones para que Bárcenas renunciara como tesorero y como senador... También lo hizo de no tener constancia de que su partido se haya financiado ilegalmente. ¿Seguro? ¿De dónde salía el dinero de los sobres? ¿Y la parte con la que se quedaba ese señór? ¿Y cómo se paga la maquinaria de gente y actos con la que se ganan elecciones? Se refirió, así mismo, a que en las elecciones de 2011 Bárcenas ya no estaba en el partido. ¿Seguro? ¿Y el despacho en la sede de la calle Génova? ¿Y la "indemnización en diferido" y "en forma de simulación" de la que habló María Dolores de Cospedal? No le faltó referirse a que ya hemos tocado fondo en lo económico. Por supuesto demonizó a quienes le critican. Y encima metió a España por medio. Rajoy no piensa dimitir y tampoco convoca elecciones. Ni una cosa ni otra. Vamos, un nini.