lunes, 14 de agosto de 2023

La masacre de la plaza de toros de Badajoz...


Entre los acontecimientos más violentos de la Guerra de España estuvieron los ocurridos en la provincia de Badajoz durante el mes de agosto de 1936 y tuvieron una clara relación con lo que el historiador Francisco Espinosa Maestre ha llamado la "columna de la muerte". Sí, ese contingente de militares sublevados contra la República que, partiendo de la provincia de Sevilla, fue avanzando hacia el norte, a la vez que, sin piedad, reprimía lo que iba encontrando por el camino y sofocaba cualquier atisbo de resistencia. La llegada a Badajoz capital dio lugar a un episodio espeluznante, cuando numerosas personas (¿1.500, 2.000, 4.000...?) fueron recluidas en la plaza de toros y acabaron siendo masacradas en la madrugada del día 14 al 15. Hubo periodistas que fueron testigos de lo ocurrido, entre los que destacan los portugueses Mario Neves y Mario Pires. El horror de lo que habían presenciado le impactó al primero de ellos de tal manera a su salud mental, que al poco hubo de ser ingresado en un centro hospitalario. En la crónica que escribió para el Diário de Noticias, publicada el día 16, contó como éstas:


Entre las crónicas escritas por Mario Neves en la última se prometió a sí mismo no volver a Badajoz. Es cierto que, pasado casi medio siglo, acabó regresando, si bien como participante del rodaje de un documental histórico. He aquí su testimonio:

“Voy a marcharme. Quiero dejar Badajoz, cueste lo que cueste, lo más rápido posible y prometiéndome solemnemente a mí mismo que no volveré nunca. Por muchos años que me mantenga en la vida periodística, jamás se me presentará, realmente, acontecimiento tan impresionante como el que me ha traído a estas tierras ardientes de España y que ha logrado destemplar completamente mis nervios”.

Francisco Espinosa Maestre ha sido quien más y mejor ha investigado sobre lo ocurrido. En dos de sus obras, basadas en el estudio de numerosos documentos y testimonios, profundiza en ello de una manera especial: La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz (2003) y La primavera del Frente Popular. Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil (marzo-julio de 1936) (2007).  Y una, entre tantas, cosas que reseñó son esas declaraciones que el por entonces todavía teniente coronel Juan Yagüe, responsable de la toma de la capital, hizo ante la pregunta del periodista estadounidense John T. Whitaker:

"Naturalmente que los hemos fusilado -me dijo-. ¿Qué se podía esperar? ¿Pensaban que me llevaría conmigo a cuatro mil rojos mientras mi columna avanzaba luchando contra reloj? ¿Debería dejarlos en libertad a mis espaldas, permitiéndoles que hicieran nuevamente de Badajoz una ciudad roja?".

Hace unas semanas me envió Sergio Román una copia digital del libro de autoría colectiva Retratos anónimos. La matanza de Badajoz (Badajoz, Commons, 2011), que está compuesto por dibujos, poemas y reseñas de textos de la época.  Los dibujos corrieron a cargo del artista Gonzalo Saenz de Santamaría Poullet y los poemas, del propio Sergio Román. Como éste:

¡Silencio!¡Silencio!
Solo se oye la metralla
Desde la plaza ¡Un genocidio!
todo el mundo se calla
En el cielo se disipa
el humo que deja la metralla
¡Silencio!¡Silencio!
Suenan ruedas
el Campanillo ya marcha
Ya perdimos la cuenta
de las veces que abrieron la plaza
Suuuhhh!!
¡Silencio! ¡Silencio!
Solo se oye la metralla
Desde la plaza ¡Un holocausto!
todo el mundo se calla
En el cielo...