Su arquitectura popular, con los rasgos típicos de su entorno serrano, no alcanza la espectacularidad de San Martín del Castañar, Mogarraz o La Alberca, pero pasear por sus calles nos permite contemplar lo que todavía va quedando de otro tiempo. En los últimos años, como novedad, los murales se reparten por las calles de Garcibuey.
La modernidad tiene que ver con lo que se conoce como arte urbano, que en la mayor parte de los casos no deja de ser una nueva expresión de arte popular. Surgido en el seno de una nueva generación de artistas, que trabajan en buena parte de las veces desde el anonimato, las obras que alumbran gracias a su creatividad están embelleciendo las calles y plazas de pueblos o ciudades a base de colores, formas e incluso mensajes. Algo que resulta agradable y reconfortante.
Soy amante del arte urbano y procuro acercarme a verlo y fotografiarlo allá por donde lo encuentro. En otras ocasiones busco información sobre quienes se dedican a practicarlo. Le he dedicado varias entradas, como hice con el barrio del Oeste salmantino, en 2016 o el municipio portugués de Covilha, en 2018, y hace un año publiqué otra entrada a la artista afgana Shamsia Hassani, famosa a nivel internacional.
En suma, arte centenario y arte moderno que se funden sin estridencias.