miércoles, 6 de julio de 2022

Aunque lo diga el Parlamento Europeo, el gas natural y la nuclear no son energías verdes

El Parlamento Europeo, con  mayoría de los grupos de derechas (democristiano, conservador, extrema derecha...), ha decidido que el gas natural y la energía nuclear son energías verdes, equiparándolas a las energías alternativas y/o renovables, como, entre otras, la solar, la eólica o la hidroeléctrica. Se han opuesto a esa decisión los grupos socialdemócrata, verde e Izquierda Europea. En el primer caso se trata de una energía de origen fósil, por lo que es emisora de gases contaminantes (tales como dióxido de carbono, anhídrido de carbono, dióxido de nitrógeno, etc.) que contribuyen al efecto invernadero y con ello, al calentamiento global del planeta. En el caso de la nuclear estamos ante una forma altamente contaminante y peligrosa de obtener energía. Sus residuos, que afectan directamente a la salud humana y al entorno donde se ubican, perduran durante cientos de miles de años, y en caso de accidente, las consecuencias pueden resultar catastróficas. Sobran ejemplos, siendo el más llamativo el de Chernobil, en 1986; pero también el más reciente de Fukushima, en 2011; o los más lejanos de Mayak y Windscale, en 1957, Harrisburg/Three Mile Island, en 1979, etc. La decisión está cargada de sinrazón y es contraria a cualquier criterio científico, por lo que podría decirse sobre esas dos energías, haciendo una adaptación de lo que Galileo Galilei pronunciara hace cuatro siglos, que "eppure non sono verdi" ("y, sin embargo, no son verdes").