miércoles, 17 de febrero de 2021

Ecuador: giro hacia la izquierda, pero pendiente de elegir al nuevo presidente

Los resultados totales de las elecciones presidenciales celebradas en Ecuador el  domingo 7 de febrero han estado en el aire. No ha ocurrido lo mismo en las elecciones a la Asamblea Nacional, donde, salvo algunos detalles, ya se conoce el reparto de escaños.

La disputa por la presidencia 

Dado el carácter presidencialista del sistema político ecuatoriano, elegir a la cabeza del estado resulta de máxima importancia. El triunfo de Andrés Arauz, candidato de Unión por la Esperanza (UNES), ha sido claro, aunque insuficiente para evitar que se diera una segunda vuelta. Distinto ha sido el caso de quién conseguiría el segundo puesto y que sería el contrincante de Arauz en la segunda vuelta, a disputar el próximo mes de abril

Hasta ahora ha habido varios vaivenes en el recuento del Consejo Nacional Electoral (CNE), lo que no ha estado exento de polémica, dado el estrecho margen existente en la disputa de ese segundo puesto: de un lado, Guillermo Lasso, candidato del Movimiento Creando Oportunidades (CREO) y el Partido Social Cristiano (PSC), y de otro, Yaku Pérez, candidato de Pachakutik (PK). El recuento ha estado oscilando entre el 19% y el 20%, inicialmente favorable a Pérez y finalmente a Lasso. Ha habido denuncias de irregularidades en el recuento, formuladas especialmente desde PK. Incluso el viernes pasado Pérez y Lasso llegaron a un acuerdo para solicitar al CNE el recuento del 100% de los votos en la provincia de Guayas y del 50% en otras dieciséis (1).   

Tampoco han faltado denuncias desde la propia UNES, cuyo candidato Arauz ha llegado a declarar el pasado lunes lo siguiente: “Quienes han cogobernado el país junto a Lenín Moreno quieren aferrarse al poder, por eso han intentado, por vías antidemocráticas, descalificar nuestra candidatura, [y] ahora, con mentiras, quieren presionar al sistema de justicia para un nuevo episodio de persecución (…). Toda esta patraña tiene una sola intención: impedir que el binomio Arauz-Rabascall que lidera la preferencia electoral participe de la segunda vuelta” (2).

Pero, sin que se haya aceptado por el CNE la repetición del recuento en esas 17 provincias, Lasso ha acabado dando por buenos los datos finales ofrecidos y correspondientes al 100% de los sufragios (3). Los resultados han sido los siguientes:

Andrés Arauz (UNES): 32'72%
Guillermo Lasso (CREO-PSC): 19'74%
Yaku Pérez (PK): 19'38%
Xavier Hervás (ID): 15'68%

Las otras 14 candidaturas, hasta un total de 14, han sumado en torno al 12'5% de los votos, oscilando entre el 0'21% y el 2'1%.  

En todo caso, no daba igual qué candidato debería enfrentarse a Arauz en la segunda vuelta. Con Lasso, existen, de entrada, altas probabilidades para que triunfe el candidato de UNES, dado que en líneas generales se ha dado una inclinación del voto hacia la izquierda, lo que perjudica al candidato conservador. De haber sido Pérez el contrincante, se habría producido una mayor disputa por el voto en el espacio de la izquierda. A su vez, obligaría al electorado conservador a tener que optar bien por el candidato del correísmo, Arauz, o bien por el del indigenismo y medioambientalismo, el propio Pérez.

Pero las cosas son más complejas y por ello vamos a ver que representa cada uno.

Los candidatos presidenciales

Arauz es el representante del correísmo, cuyo  líder natural, Rafael Correa, presidió el país entre 2007 y 2017, al frente de lo que se conoció como Revolución Ciudadana. Incluso su sucesor, Lenín Moreno, fue elegido en 2017 con el apoyo de ese movimiento, aunque finalmente acabó traicionando sus promesas electorales y a quienes le apoyaron. Fue llamativo el giro inesperado que dio desde el primer momento de su mandato, implementando medidas de corte neoliberal y acercándose tanto a los sectores oligárquicos como a los EEUU, sin que faltara su apoyo al procesamiento y la condena judicial contra el propio Correa. Fruto de esa política incrementó la represión contra las movilizaciones populares y, a la vez, el creciente desgobierno ha conllevado una crisis sanitaria muy grave desde la llegada de la pandemia del covid-19. 

La nueva plataforma del correísmo, Unión por la Esperanza, busca recuperar la herencia progresista de la Revolución Ciudadana. Se ha comprometido a proseguir en el camino de aumentar el gasto público en educación y sanidad, una mayor redistribución de la riqueza y una política exterior solidaria entre los países latinoamericanos e independiente de EEUU. En su contra han jugado algunos aspectos negativos del mandato de Correa, que primó el extractivismo de materias primas (petróleo, minerales, agua...) como fuente de obtención de recursos y divisas, y perjudicó a las zonas con una mayor presencia de las comunidades indígenas.

Esto último ha sido uno de los factores que han propiciado el alejamiento y la oposición de buna parte de los grupos indigenistas, organizados sobre todo en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Desde ella se ha nutrido el grupo PK, que ha presentado a Yaku Pérez como aspirante a la presidencia del país. Los líderes de esos grupos llevan años incidiendo en la defensa de los pueblos indígenas, lo que conlleva no sólo la atención a los derechos culturales, sino también la protección de los recursos naturales.

Si el movimiento indigenista protagonizó una fuerte oposición a la presidencia de Correa, durante el mandato de Moreno la intensificó, como consecuencia de las duras medidas de corte neoliberal que aplicó. Entre otras, llegó a retirar la subvención de los combustibles, cuyo encarecimiento perjudicó a la mayoría de las familias del país. Y ha sido ese grado elevado de movilizaciones el que ha aupado a Pérez, cuyo nivel de apoyos, no por inesperados, le ha permitido estar a punto de llevarle a competir la presidencia del país frente a Arauz.

El movimiento indigenista, empero, no es un bloque homogéneo. Conviven en él diversas facciones, que van de la izquierda a la derecha, aunque las primeras parecen mayoritarias. Otra cosa ha sido el comportamiento de algunos de sus líderes, como es el caso del propio Pérez. En 2017 apoyó a Lasso frente a Moreno, bajo el argumento de que prefería un banquero a un correísta. Incluso durante el mandato de Moreno ha llegado a mostrarse contrario a los sectores más combativos del indigenismo, coincidiendo en ocasiones con Lasso. Una situación que ha sido definida como de "polarización en medio de la paradoja", esto es, el efecto “que se ha ido agudizando en los últimos años en el país y que, más allá de las convicciones ideológicas, posiciona al ecuatoriano a favor o en contra del expresidente Rafael Correa. Y ese es el as en la manga y la principal baza que jugará Pérez si va a la segunda vuelta” (4).        

El candidato de CREO-PSC, Lasso, es el que mejor representa los intereses de la oligarquía ecuatoriana y la vinculación con EEUU. Pese a lo anómala que fue la presidencia de Moreno, la política que llevó a cabo entre 2017 y 2021 ha permitido a los sectores sociales y políticos conservadores recuperar buena parte del terreno que habían perdido con Correa. Sin embargo, las elecciones han puesto de manifiesto que los apoyos conseguidos por los grupos de derecha han sido limitados. Tan sólo el 19'74% en las presidenciales y el 19'4% en las legislativas, lo que ha situado a la derecha en el nivel más bajo obtenido en toda la historia del país.

Por último, se encuentra el caso de Xavier Hervás, candidato de Izquierda Democrática (ID), un empresario que se ha presentado ante la población como renovador y con un programa de centro-izquierda. Lo inesperado de su 15'68% de los votos se ha explicado por lo novedoso de su campaña electoral, que ha calado en mayor medida en los estratos de población más jóvenes y urbanos.

Las elecciones legislativas

Durante el pasado domingo 7 también se celebraron elecciones a la Asamblea Nacional (5). Aunque sus resultados han pasado bastante desapercibidos, consecuencia de la incertidumbre por conocer a quién iba a competir con el candidato de UNES, la nueva composición de la cámara legislativa se encuentra en la línea de lo ocurrido en las presidenciales. 

El reparto de los votos ha sido el siguiente:

UNES: 32'21%
PK: 16'48%e 
ID: 11'98%
CREO: 9'65%
PSC: 9'73%

Los restantes grupos con representación parlamentaria han sumado en torno al 15% de los votos, situándose entre el cetro-izquierda y la derecha.

La suma de votos de UNES, PK e ID, situados en distinto grado en la izquierda política, es del 61%. Frente a ellos, los dos grupos principales de la derecha se han quedado en el 19'4%. El resto de los votos se reparte entre otros grupos de distinto carácter, pero que no alteran la derrota de los grupos conservadores. 

En cuanto al reparto de los 137 escaños (6), la composición de la cámara queda de la siguiente manera:

UNES: 48
PK: 27
ID: 18
PSC: 18
CREO: 12

Los restantes 13 escaños se reparten entre siete grupos y algunos candidatos independientes. Pueden considerarse de izquierda o centro-izquierda 5; otros 5, de centro o derecha; y 3, independientes.

¿Y el futuro?  

Lo que pueda ocurrir en abril, cuando tenga lugar la segunda vuelta de las presidenciales, está por ver. Las encuestas que se vayan haciendo irán dando pistas de cuál va a ser el sentido del voto. Bien que sea mayoritario, en este caso en favor de Arauz, o bien si lo que se va a producir es una fuerte disputa por el triunfo. 

Como ya se ha apuntado antes, la orientación que se ha dado hacia la izquierda en los resultados de las presidenciales apuntan a que el favorito sea, en un principio, Arauz. Uno de los dilemas provendrá de la actitud que mantenga la dirigencia de los grupos indigenistas, que han mostrado en diversas ocasiones una gran hostilidad hacia el correísmo. Otra cosa será lo que el electorado indigenista acabe haciendo, al margen de lo que puedan apuntarle sus líderes.

Sería necesario que por parte de Arauz, junto con su plataforma UNES, se hiciera más hincapié en aspectos que quedaron pendientes durante el periodo de Correa, relacionados con la profundización de los derechos civiles. A la vez, debería buscar el entendimiento con los grupos indigenistas, en favor de un mayor respeto por la naturaleza. Y todo eso es lo que parece que están haciendo, como se desprende de las declaraciones uno de los líderes sociales (7).

Está por ver, por tanto, si en el electorado progresista va a prevalecer el recuerdo de los gobiernos de Rafael Correa y su Revolución Ciudadana, con el fin de profundizar en el camino de una sociedad más democrática y solidaria, y un país más independiente, a lo que habría que unir una apuesta por la ecología. O si, por el contrario, va a calar el sentimiento anticorreísta, presente en la derecha y algunos sectores del indigenismo, lo que supondría la consolidación del poder de la oligarquía, que con Moreno consiguió una vía importante para hacerlo.  

Notas

(1) "Recuento de sufragios, acuerdos espurios y más chicanas para desacreditar la victoria de Arauz / Pérez + Lasso + la CNE y OEA en relaciones carnales", en Resumen Latinoamericano, 13-02-2021. 
(2) Marco Teruggi. "Lasso ya no quiere el recuento masivo de votos", en Resumen Latinoamericano, 16-02-2021.
(3) Consejo Nacional Electoral. "Elecciones Generales 2021. Resultados generales" (https://resultados2021.cne.gob.ec/). 
(4) Aitor Montero. "Ecuador, sumido en la incertidumbre: todavía no se define la segunda vuelta electoral", en Cuarto Poder, 17-02-2021.
(5) Consejo Nacional Electoral. "Elecciones Generales 2021. Resultados generales" (https://resultados2021.cne.gob.ec/). 
(6) "Elecciones legislativas de Ecuador de 2021", en Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Ecuador_de_2021). 
(7) Carlos Aznárez. "Christian González: 'Se acerca el fin de una época neoliberal, totalitaria, el fin de una política de extermino contra el pueblo'", en Resumen Latinoamericano, 11-02-2021.

Post data del 19 de febrero

El artículo "Yaku Pérez y el fin de los binarismos", de Andrés Kogan Valderrama y publicado en Rebelión, aporta una dimensión que tiene como referente el indigenismo. Resulta interesante y ayuda a entender mejor la situación política que se está viviendo en Ecuador, llena de complejidad y contradicciones.