En el contexto de la actual pandemia los grupos de extrema derecha de los países occidentales han abrazado las tesis negacionistas y conspiranoicas. Desde ellas están haciendo una reivindicación de la libertad que, según dicen, se está robando con las medidas que se están tomando: confinamiento, limitación de la movilidad en la vías públicas, restricciones en los horarios de la hostelería, uso de la mascarilla, etc. Por eso emplean la palabra libertad como su referente semántico principal.
Las redes sociales y la red electrónica son el medio de difusión preferido, haciendo uso con frecuencia de una elevada violencia verbal, tanto en forma de insultos como de amenazas. Tampoco está faltando la calle, que se está convirtiendo cada vez más en un espacio de actuación y en el que, además, empieza a estar presente la violencia física.
Esto último es lo que ha estallado en los últimos días en algunas ciudades españolas: Sevilla, Barcelona, Madrid, Burgos, Logroño, Santander, Málaga, Vitoria... Las acciones las han protagonizado grupos minoritarios, cuya composición es heterogénea. En ellos confluyen gente de la extrema derecha, ultras de los equipos de fútbol, gente que ha perdido el trabajo, etc.
Desde Vox se ha apoyado las protestas. Como grupo de extrema derecha, coincide en gran medida con las proclamas lanzadas desde el negacionismo y la conspiranoia sobre la pandemia. Vox es un partido fascista, aunque no todo el fascismo está en ese partido.