El sexismo machista en el mundo del deporte está en aumento. Sobre todo en los deportes que tradicionalmente han sido un coto cerrado para varones. Como ocurre con el fútbol. El domingo pasado, durante el partido de la Liga Femenina entre el Real Madrid y Athletic de Bilbao, la árbitra recibió un duro balonazo, fortuito, sobre su cara, que hizo que quedara tendida sobre el suelo y acabara sufriendo un hematoma en uno de sus ojos. Aunque el partido estaba a punto de finalizar, tuvo que ser retirada del campo. Pese a ello, algunos comentarios subidos en la red, lejos de mostrar lástima por el percance, lo que han hecho ha sido reflejar un elevado grado de crueldad, por un lado, y de machismo, por otro. Porque lo es decir cosas como ésta: "Aunque recibas ese balonazo no puedes perder la profesionalidad de tirarte al suelo y llorar como una niña". No está de más recordar la actitud de tantos futbolistas varones, algunos famosos y multimillonarios, que han hecho de la exageración teatral en el césped una de sus prácticas favoritas. ¿Serán también niños?