martes, 7 de abril de 2020

Dos canciones de Israel Rojas Fiel y el grupo cubano Buena fe

















No conocía al grupo cubano Buena fe y las canciones que Israel Rojas Fiel ha compuesto en sus distintos discos. Voy a proponer dos para su audición.


La primera es "Tempestad", incluida en el álbum Sobreviviente.  Lo grabó junto a Silvio Rodríguez y la versión que ofrezco está editada en forma de "videoclip". Realizado por el director de cine Marcel Beltrán, se muestra una sucesión de imágenes a base de los héroes. las gentes  y los logros de la revolución cubana.   

“Valientes” es una preciosa canción que forma parte del álbum Carnal.  Un canto a la solidaridad, entendida como desprendimiento de lo que se tiene, aunque sea poco. Un canto que alude a la solidaridad que ejerce por el mundo ese pequeño país, y valiente, que es Cuba.  El mismo que envía sus profesionales de la medicina o de la educación a donde lo necesiten. O que acoge a la gente de los países pobres para curarla o para formarla. Que recibe, como ocurrió hace unas semanas, a esa gente que navegaba en un crucero británico y que nadie quería recoger por temor al coronavirus. 

Pese a estar soportando desde hace casi seis décadas el bloqueo económico por parte del imperio más poderoso del mundo, Cuba es un país poderoso en humanidad que, como reza la canción, ha venido  “a darle un beso al mundo y nada más”.
   
Invito a escuchar la canciones con detenimiento. Lo que también extiendo al resto de canciones del álbum Carnal.



Tempestad

Grande la tormenta que no se anima a escampar.
En el suelo están los troncos más severos.
Anegada la sabana, se hizo río el manantial.
Tanta lluvia que ha borrado los senderos.

Viejo mapa que no nos dirá cómo llegar,
adelante solo reina un gran fanguero.
Se adelanta un caminante y algunos salen detrás
tras los pasos del añoso del sombrero.

¿Acaso tú sabes la ruta?
¿Acaso ya pasaste antes?
¿Sabes de atajos y grutas?
Cuéntanos todo lo importante,
cuéntanos todo lo importante.
Cuéntanos todo lo que sabes,
cuéntanos todo lo que sabes.

Vengo de un tiempo de plagas y sequías,
pero a sangre y sudor se hizo cosecha
más lo que se pudo que lo que se quería
y heme aquí latiendo aún esta fecha.

No me sé el camino, solo tiran de mí
Los anhelos, de posibles maravillas
Salgo a caminar, pues no aprendí a dormir
mientras en el zurrón,
mientras en el zurrón,
mientras en el zurrón queden semillas

Dime tú, cuéntame, cuéntame,
dime del sueño que acunas
con cuál fe llenarás tu templo
del dulzor que tendrán tus uvas.
Cuenta tú, que tendrás más tiempo,
cuéntame, que tienes más tiempo.

El naufragio se parece al capitán
y el poeta se parece a su cantar.
Y la rueda, a los caminos, la vela, a la oscuridad.
Haz que se parezca a ti la tempestad.


Valientes

Antes que todo sea himnos y vítores,
antes que todo sea negociaciones,
hay un preludio espeso, desafinado,
altísimos silencios de sinrazones.

Y el miedo va goteando de los valientes
antes que los sudores y que la sangre.
El instinto genuino que ya le advierte
permutar de destino, se le hizo tarde.

¿Qué estoy haciendo aquí?
Amando a este país como a mí mismo.
No, qué va, no hay heroísmo,
vine a darle un beso al mundo y nada más.

Pandemonium, capital de los infiernos,
sólo por los temores se filtra el alma.
Restos de quien al instante deshicieron.
Niños que, tras el hambre, se irán con calma.

Viejos jinetes del horror que han aprendido
con la distancia a anestesiarnos los disensos,
con sensación de no es aquí, no es a mí,
no son los míos, cabalgan sobre nuestro tedio.

Después será no es mi ciudad.
Luego será no son mis hijos.
Somos la misma humanidad,
todos frente al mismo acertijo.

¿Pero qué estoy haciendo aquí?
Amando a este país como a mí mismo.
No, qué va, no hay heroísmo,
vine a darle un beso al mundo y nada más.