Siendo un político nacionalista, Beiras ha sabido desde su actual grupo político, Anova, impulsar alianzas entre nacionalistas y federalistas, como es el caso de Esquerda Unida, desde un criterio común: la izquierda social. Esto no supone para él que ningún grupo pierda su identidad, sino todo lo contrario, y permite crear un referente común. La Alternativa Galega de Esquerda (AGE) fue su plasmación para las elecciones gallegas de 2012, que tuvo como fruto unos resultados muy satisfactorios, al alcanzar el 14% de los votos y superar incluso al BNG.
Recientemente Beiras ha sido el valedor de que esa alianza se mantuviera en las elecciones europeas, pese a las fuertes reticencias que tuvo en algunos sectores de su partido. El resultado ha sido que una componente de Anova ha salido elegida como parlamentaria europea, y, además, formará parte del grupo Izquierda Unitaria Europea (GUE-NGL), donde también se encuentran IU y Podemos.
Se muestra muy crítico con el sectarismo que existe en la izquierda, aludiendo también a aquellos grupos que ven incompatible las alianzas entre nacionalistas y federalistas, como ocurre con el BNG. Defiende por ello una mayor flexibilidad y realismo, y para corroborarlo se refiere precisamente a la decisión tomada por el representante de Los Pueblos Deciden, que es miembro de Bildu, que ha decidido integrarse en el grupo de Izquierda Unitaria Europea.
Todo esto lo resume en una frase, que a la vez es un llamamiento a la unidad: "ante una agresión de los fascismos y el capital financiero que se está dando en toda Europa y que maneja y manipula a las clases medias y trabajadoras, hay que señalar un punto de encuentro que sería: hay que terminar con las políticas austericidas, hay que terminar con las políticas ultraliberales, hay que terminar con esta forma de hacer política en la que los gobiernos gobiernan contra la ciudadanía".
El otro aspecto que quiero destacar es la situación creada en torno a la abdicación del rey. Y aquí de nuevo se muestra más que claro: la decisión tomada ha sido forzada por unas circunstancia políticas que se están volviendo adversas para los partidos del sistema. Sobre esto dice: "lo cogieron [al rey] por el cuello y le dijeron que había llegado el momento. Incluso la preparación de su comparecencia en televisión fue una chapuza total y absoluta. Existe el dato de que tuvieron que grabarlo dos veces porque rompió a llorar en medio de la primera. El rey fue forzado y uno de los impulsores fue Felipe González". No es Beiras una persona que tenga pelos en la lengua y de ahí lo rotundo de sus manifestaciones, incluyendo la apostilla que hace de González: "Fue un traidor en la transición y vuelve a serlo ahora".
Parece claro que las declaraciones hechas por el que fue jefe de gobierno entre 1982 y 1996 durante la campaña electoral, acerca de un gobierno de concentración PP-PSOE "si el país lo necesita", no resultaron una metedura de pata. En realidad fueron un anuncio de lo que ahora se está viendo en el asunto de la corona. Lo que siga, ya lo veremos.