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miércoles, 12 de marzo de 2014
¡Cómo se despide monseñor Rouco Varela!
Antonio Mª Rouco Varela se va. O lo echan. Finamente, quizás. Pero ya no sirve. Se va, sí, ¡y cómo lo está haciendo!. Su sermón de ayer -en la, por cierto, horrible catedral de La Almudena madrileña- fue antológico. No lo digo por su brillantez, sino por la sucesión de ideas clave que fue lanzando y que sintetizan su labor durante años. Lo ocurrido el 11 de marzo de 2004 fue la ocasión para su despedida. Volvió a sacar a colación para ello sus temas favoritos. Explícitamente lo hizo con eso de la familia tradicional, el derecho a la vida o la unidad de España. De una forma más velada, relacionado con el motivo que le llevó a celebrar la ceremonia religiosa, habló sobre el 15M. Y, ¡zas!, soltó una frase de altura: que en tal fecha hubo personas "dispuestas a matar
inocentes a fin de conseguir oscuros objetivos de poder". Una frase que puede resultar enigmática, pero que hay que insertarla en la teoría de la conspiración. Está claro que Rouco Varela ha sabido mantenerse en su lugar. En la herencia del nacional-catolicismo, que se inserta en la España más negra y rancia. La misma que se sigue manteniendo viva y con fuerza. Parece que en el Vaticano corren nuevos tiempos. No está claro todavía en qué dimensión. Aquí ya se habla del posible sucesor de monseñor. Se está nombrando como favorito a Ricardo Blázquez. Durante su estancia en el País Vasco jugó un papel importante en la búsqueda de la paz. Eso le valió fuertes críticas. Todo llegará. De lo que no hay duda es que monseñor Rouco Varela ha dejado su impronta hasta el último momento.