viernes, 22 de marzo de 2013

La libertad de expresión del señor rector

Me enteré el otro día de la negativa por parte del rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, para que Alfonso Fernández, más conocido como Alfon, hubiera podido participar como ponente en un acto que debería haberse celebrado hoy en una de las dependencias de la facultad de Filosofía. Organizado por el Colectivo Estudiantil Alternativo y Acción Antifascista de Salamanca, había contado inicialmente con la autorización del decanato de la facultad. La prensa salmantina, en especial el diario La Gaceta de Salamanca, se hizo eco de la denuncia del grupo Solución Independiente Universitaria, vinculado al partido neonazi Democracia Nacional, aireando los antecedentes policiales de Alfonso Fernández, el joven vallecano que fue detenido durante la huelga general del pasado 14 de noviembre y estuvo encarcelado hasta el mes de enero, acusado de la tenencia de una mochila con explosivos. Por lo ocurrido, dichas denuncias surtieron efecto desde el momento en que el propio rector salmantino impidió la presencia de Alfonso Fernández en la mesa del acto. La excusa fue que lo consideraba una persona sin relevancia: "el ponente no es el adecuado; una universidad pública debe elegir personas con relevancia profesional y este joven no cumple ningún requisito". Las reacciones no se han hecho esperar. Ayer se hizo público el escrito "Por la libertad de expresión en la universidad", firmado, entre otras personas, por importantes figuras del mundo universitario y de la cultura -aunque con escasa presencia, eso sí, del profesorado universitario salmantino. Hace un par de meses había que reivindicar la libertad para Alfon. Ahora hay que decir libertad de expresión para Alfon.