jueves, 27 de diciembre de 2012

Hillary, Kerry...

Obama es, en cierta medida, un bicho raro. Votó en 2003 como senador contra la guerra de Irak. Ha defendido medidas progresistas sobre derechos civiles. Ha impulsado una reforma sanitaria que, aunque tibia, permite la atención a personas sin cobertura por un seguro. Es, ademas, mulato, que no negro -por favor, no lo digo en sentido despectivo-. Tiene bastantes apoyos en determinadas minorías. Masivos en la afroamericana o la hispana. También entre las personas homosexuales. Le votan más mujeres, más jóvenes... Y en el mundo de la cultura. Sobre todo en el del cine. Su voto ha provenido de amplios sectores progresistas. En cierta ocasión leí de Eliseo Bayo que había sido apoyado por el ala izquierda de la CIA. No sé, quizás. Desde luego que representa en EEUU la versión más edulcorada del imperio. 

¿Y el Departamento del Estado? Me refiero a Hillary Clinton, la titular a punto de cesar, que ha empezado a prepararse de cara a las próximas presidenciales; y a John Kerry, anunciado como el próximo Secretario. De Hillary ya sabemos. Una fiel seguidora de su marido, quien en su mandato no se privó de guerrear, liberalizar, desregular... Como senadora, seguidora de la política ultrabelicista de George Bush jr. Como precandidata en el partido demócrata en 2008 frente a Obama, mucho más moderada. Como vicepresidenta, protagonista del belicismo de su país en Afganistán, Libia, Irán... Si no pertenece a la derecha de su partido, sí lo es del centro. ¿Y Kerry? Ya intentó ser presidente en 2004 frente a Bush, pero no pudo. He leído que por el pucherazo electrónico, como le ocurrió cuatro años antes a Al Gore con el mismo personaje. No sé, quizás. Kerry lleva muchos años como senador, ligado a la comisión de Exteriores que ahora preside. Ha apoyado todo lo que le han pedido desde la presidencia en materia de guerras. Los Reagan, Bush padre, Clinton, Bush hijo y Obama. He leído hoy que es un "guerrero imperial" (sugiero leer el artículo de Rebelión). Este sí parece que es del ala dura del partido demócrata, de su derecha. ¿O del centro? ¡Qué más da! Lo importante es lo que hacen. Y el imperio, ante todo.