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viernes, 28 de septiembre de 2012
Antonio Manuel Sánchez-Prado, víctima del fascismo
Visité Ceuta por primera vez hace casi un año. Me llamó la atención que en pleno centro de la ciudad hubiera un monumento dedicado a una persona para mí desconocida y portadora en sus manos de unas flores rojas frescas llamado Antonio López Sánchez-Prado. Fue mi amigo José Manuel quien días después me dijo que era médico, que fue una persona muy querida por la gente y que acabó fusilado en el verano de 1936. A través de la red pude informarme de más pormenores de su vida, que desde luego resulta ser la de una persona que atesoró una gran dignidad en su trayectoria vital, incluidas las semanas que vivió detenido hasta su fusilamiento. Unos meses después, en mayo, tuve la ocasión de repetir la visita a Ceuta y Sánchez Prado seguía con flores rojas en sus manos. Hoy he visto un vídeo sobre su vida -que recomiendo- a través de la revista Rebelión. Fue en este mes de septiembre, el día 5 más concretamente, cuando la playa de Tarajal fue testigo de la descarga de unas balas asesinas que acabaron con su vida y las de Adolfo de la Torre Guillén, Ángel Guijo Higuero y Fidel Vélez Roldán, militantes obreros y republicanos, acusados los cuatro -¡qué horror!- del delito de rebelión militar. Cuando tenemos que oír desde la derecha que lo ocurrido el pasado 25 en Madrid fue una especie de golpe a la democracia por parte de manifestantes que piden responsabilidades políticas a quienes dicen que nos están representando, no está de más que se recuerde lo que realmente fue un golpe. Un golpe fascista. ¡Y cuántas vidas costó!