Ayer falleció en Santiago de Chile Joan Jara, la compañera de Víctor Jara. Había nacido en Londres, donde se formó como bailarina clásica. En 1954 llegó a Chile, desarrollando su actividad profesional como bailarina, coreógrafa y profesora. Unos años después unió su vida a la de Víctor Jara, director de teatro y en los inicios como cantante, con quien tuvo su segunda hija, Amanda. Su nombre aparece en la bella canción que, como explicó Joan en su día, "contiene la sonrisa de su madre y la promesa de la juventud de su hija". Tras el asesinato de su marido, a mediados de 1973, decidió regresar a su país de origen con sus dos hijas. "Sabía que una parte de mi ser había muerto con un hombre cuyo cadáver yacía ahora en un ataúd", escribió en 1983. Según la ley británica fue registrada como Joan Jara, pero, independientemente de haber perdido su apellido familiar, Turner, lo aceptó como una forma de mantener la memoria de Víctor. Pese a la distancia, se mantuvo activa como una chilena más en la lucha contra la dictadura. En 1982, en el fragor de la represión intensificada por el resurgir de las protestas, volvió a pisar el suelo de Chile, como también hicieron sus dos hijas. Llegó con un visado de turista y con la amenaza de ser expulsada si participaba en actos políticos. Descubrió de inmediato que las canciones de Víctor se cantaban en cualquier sitio y que en "su tumba siempre había flores frescas, trozos de papel con mensajes escritos y poemas encajados entre los ramos". Prosiguió con su labor en el mundo de la danza y no cejó en su lucha por aclarar el asesinato. En los años 90 participó en la creación de la Fundación Víctor Jara, con el fin de seguir proyectando la figura de su marido. Con el paso del tiempo ha ido sabiendo más de lo ocurrido, quiénes participaron en su muerte y cómo algunos han sido condenados por la justicia. Ahora, a sus 96 años, ha volado hacia lo infinito esa mujer a la que su compañero, allá por 1961, le dedicó otra conocida y bella canción:
Paloma, quiero contarte
que
estoy solo, que te quiero.
Paloma, quiero contarte
que
estoy solo, que te quiero,
que
la vida se me acaba
porque
te tengo tan lejos.
Palomita verte quiero.
(Imagen: Fundación Víctor Jara; citas: Joan Jara, Víctor Jara, un canto truncado).